En las últimas cuatro semanas Barriola ha tratado su derecha para llegar en condiciones a la final
L. GUINEA / J. HERNÁNDEZ / Diario de Navarra
La final del Cuatro y Medio está pendiente de la derecha de Abel Barriola. El leitzarra se la estropeó en el partido contra Aimar Olaizola del pasado 26 de noviembre. Logró recuperarla para hacerse con la plaza de finalista ante Nagore, pero terminó tocado. Desde hace casi cuatro semanas él y el equipo médico de Aspe trabajan sin descanso por recuperar esa mano. Lo hacen así.
1. El impacto. Barriola se estropeó la derecha en el Atano III el mismo día que perdió contra Olaizola II. No fue en un momento concreto, sino que el mero hecho de dirigir la pelota acabó afectando a la base del segundo dedo (el índice). El pelotari notó un punto doloroso en la cabeza del metacarpiano, la parte de la mano que tiene precisamente la función de dirigir el peloteo. Trató de recomponer sus protecciones, recolocó el taco pero el daño estaba hecho. Barriola terminó con la derecha muy hinchada.
2. Hielo como medida de choque. En cuanto Barriola terminó el partido contra Olaizola II lo primero que hizo fue irse al vestuario y quitarse los tacos para aplicar y comprimir una bolsa con hielos en la zona afectada. Sí, hielo como el que cualquier tiene en la nevera de su casa. Ese frío, que le asegura a la mano al menos 15 minutos de tregua por su efecto analgésico, hace que baje la temperatura, recorta el riego sanguíneo en la zona y baja el hinchazón. Además se le dio un antiinflamatorio por vía oral.
«Es algo que suelen hacer con frecuencia los pelotaris, no sólo después de los partidos también en casa», explica el responsable médico de Aspe, José María Urrutia.
3. La electricidad entra en juego. 24 horas después de jugarse el partido la derecha de Barriola estaba hinchada y amoratada no solo en la palma, también el dorso. Está como una bota. A partir de ahí entra en acción la fisioterapia. Tratamientos cortos en duración, pero intensivos en sus efectos.
Las corrientes eléctricas de baja intensidad (miniamperios) son las primeras en actuar. Se aplican sobre la zona afectada por medio de dos electrodos. Lo que hacen es dilatar los vasos sanguíneos, ayudar a que el hinchazón vaya remitiendo. La duración del tratamiento oscila entre 10 y 20 minutos. Los primeros días Barriola recibió dos sesiones. «No pueden ser más no porque tenga efectos negativos, sino porque está estudiado que es el tratamiento óptimo y más deja de ser efectivo», explica Urrutia.
4. Sonidos curativos. Junto con el tratamiento de corrientes eléctricas al pelotari se le aplican ultrasonidos en la zona afectada. Se trata de vibraciones acústicas de alta frecuencia y de carácter electromagnético que se aplican por medio de cabezales de cuarzo. Las ondas dan calor y tienen un efecto masaje sobre la lesión. Como en el caso de las corrientes eléctricas buscan ir bajando el hinchazón. Las sesiones duran de cinco a seis minutos y después se aplican 10 minutos de hielo.
5. Fase 2. Masaje. Tras el partido contra Olaizola II, Abel Barriola se sometió al tratamiento de fisioterapia intensivo durante cinco días. A partir de entonces, cuando el hinchazón ya había desaparecido, entraron en juego otros elementos de recuperación como el masaje linfático, que tiene como función activar la circulación sanguínea y drenar la zona afectada por el golpe.
«Depende de cada pelotari, pero yo no soy partidario de técnicas manuales, de masajes, hasta que el hematoma haya desaparecido completamente», dice Urrutia. «Una lesión así no pide precisamente meter la mano a fondo con un masaje, sino dejar que repose, que siga su evolución normal».
6. La opción emplaste. Abel Barriola ha seguido para recuperar su derecha un tratamiento de fisioterapia cien por cien. Sin embargo hay pelotaris que optan por la vía tradicional. El conocido emplaste realizado con un revuelto de clara con berbena, una planta que tiene efectos antiinflamatorios. Algunos pelotaris, Olaizola II sin ir más lejos, lo aplican en las manos noches enteras.