El campeón que viene Jon Agiriano en El Correo
Criado en el frontón de Ibero, hijo y nieto de pelotaris aficionados y competitivo desde niño, Juan Martínez de Irujo ha tardado menos de un año en convertirse en el manista de referencia.
El mundo de la pelota lleva unas semanas girando en torno a Juan Martínez de Irujo, un delantero navarro que ha protagonizado la explosión más sonada que se recuerda en los frontones. En menos de un año como profesional -debutó el 6 de junio de 2003-, el pelotari de la empresa Aspe ha pulverizado todos los plazos que la lógica marca para la progresión de un novato. Si ya resultó sorprendente su actuación en el campeonato de parejas, en el que llegó a la final y sólo hincó la rodilla ante Titín III, su rendimiento en el Manomanista ha sido inaudito.
Y no sólo porque haya llegado a la final, algo de por sí asombroso en un principiante que acudió al torneo como invitado, sino porque lo ha hecho con una autoridad avasalladora. Su histórico palizón
(22-1) a Olaizola el pasado domingo en el Ogueta ya es historia.