El espejo de Goñi III

JOSEBA LEZETA/Diario Vasco

Fernando Goñi disputará el domingo 20 su tercera final del Campeonato de Parejas. Ojo, porque ya ha ganado las dos anteriores. Lo hizo en 2001 con Asier Olaizola. Dieron la gran sorpresa al batir a Alustiza y Beloki, grandes favoritos. Repitió el año pasado, 2004, con Titín III, al batir precisamente a Martínez de Irujo, su compañero ahora, y Lasa III.

Goñi III, a sus 32 años, se encuentra en plena madurez. En realidad, la madurez nunca le ha abandonado. Es maduro desde que debutó en febrero de 1998, ya con 25 años. La irrupción de Aspe le permitió dar un salto que parecía vedado para él. Decían que le faltaba golpe. Tampoco le sobra ahora, pero suple esa carencia con otras virtudes: colocación, piernas, aguante, preparación física, excelente zurda, capacidad de devolver pelotas complicadas y espíritu de sacrificio.

Ayer hubo que esperar al 19-6 para asistir a su primer error en el peloteo. ¿Saben cuántos tantos ha perdido en esta maratoniana semifinal de cuatro horas y media y 2.883 pelotazos? Ocho. Zearra y él mantenían un duelo particular que ayer, definitivamente, se inclinó a favor del navarro.

El espíritu de sacrificio, una de las principales características de Goñi III, es una virtud en declive actualmente. Vivimos tiempos más dados a la fantasía, a la virguería, a lo espectacular. Muchas veces a la fachada. Pero el espíritu de sacrificio sale a flote donde existe. Y sale a flote con éxito. Ahí están los resultados de un pelotari que debe servir de ejemplo para los pelotaris aficionados que no encuentran la oportunidad con 21 o 22 años. Pasar a profesional con 18 y 19 años no es garantía de nada. Este Fernando Goñi al que ahora admiran no dio el salto hasta los 25. Después hay tiempo suficiente para acumular txapelas y admiración. Es un espejo en el que mirarse. No sólo de Irujos vive la pelota.

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