Irujo y Bengoetxea VI protagonizarán el domingo una lucha precoz por la txapela del Mano Parejas | Ambos coincidieron en el Mundial de aficionados de Pamplona celebrado en 2002
P. A. / La Estafeta de Navarra
Llegar, ver y vencer; primero en el campo aficionado, y ahora en profesionales. Hay muy pocos casos en la historia de la pelota de precocidad como los de Oinatz Bengoetxea y Juan Martínez de Irujo, que a sus 20 y 23 años, respectivamente, se enfrentarán el próximo domingo en la final del Campeonato de Mano Parejas. En juego está toda una txapela de Primera entre dos pelotaris que hace bien poco compartían unos objetivos muy diferentes.
Eran otros tiempos… aunque tan sólo hace dos años y siete meses. Era agosto de 2002, y Pamplona era una especie de hervidero pelotazale, con la celebración del Mundial en sus frontones. Por entonces, Oinatz Bengoetxea y Juan Martínez de Irujo eran dos de los pelotaris aficionados navarros más prometedores, y luchaban por la medalla de oro con la selección española. El primero actuó en la modalidad de pelota mano individual, y lo logró; por el contrario, Irujo jugó en una modalidad que no era la suya, mano individual en trinquete, y se quedó en un agrio cuarto puesto.
Desparpajo de Oinatz. «Bengoetxea tenía mucho desparpajo, se le veía muy suelto. Jugaba contra gente de más edad que él, pero tenía un golpe muy vivo, sacaba muy bien… se volvía muy serio en la cancha. Yo coincidí mucho con él, porque todavía no tenía 18 años y le iba a buscar con el coche en la residencia de Larrabide», recuerda Xabier Larraia, delantero hoy profesional con Frontis y que entonces logró el oro en mano parejas. «Con Irujo estuve menos, pero recuerdo que hacía cosas muy especiales, se le veía que tenía algo. A partir de entonces explotó, se hizo más fuerte físicamente y comenzó a jugar mucho a pelota», señala el burladés.
Irujo se quedó fuera de la final tras caer ante el mexicano Loquillo López, un pelotari más veterano y marrullero que provocó al navarro durante todo el partido. Así cerró un concurso controvertido, ya que el de Ibero prefería actuar en frontón. El entonces seleccionador de pelota mano, Fernando Arretxe, explica cómo pasó. «Cuando llegué al cargo, ya estaba la preselección hecha. Él no llegó a entrenarse conmigo, aunque a mí me hubiera gustado que compitiese en el frontón. De hecho lo propuse, porque ya por entonces les ganaba a todos como quería. Lo que pasó fue que no había nadie para el trinquete, e insistieron en que jugara», explica Arretxe, que destaca, no obstante, que Bengoetxea estaba bien cualificado: «Iba muy bien en el mano a mano, era una garantía suficiente».
El zaguero de Valcarlos resalta la rápida evolución de ambos: «Es muy difícil destacar tan rápidamente, pero lo han conseguido los dos. Ya se les veía cualidades entonces, sobre todo a Irujo; lo suyo ha sido una progresión tremenda, porque fue campeón al poco de debutar. Y eso que le costó más dar el salto a profesional que a Bengoetxea –éste debutó en octubre de 2002, e Irujo lo hizo en junio de 2003–. Ahí las empresas estuvieron un poquito lentas».
El maestro de Irujo. Otro pelotari que coincidió con ambos en el Mundial es Álvaro Okiñena, zaguero de Albiasu que actuó en Mano Parejas. «Bengoetxea sólo tenía 17 años, y podía parecer arriesgado que jugará él como titular en individual. Sin embargo, ese año lo ganó todo en aficionados y se hizo con la plaza con todo merecimiento, porque desbancó al resto. Su progresión era evidente, pero nunca piensas que pueda llegar en un espacio tan corto a una final de Parejas», indica.
Okiñena se refiere también a Irujo, al que conoce mejor que nadie: lo entrenó en Oberena y lo tuvo como compañero en aficionados. «Era un pelotari agresivo, un diamante en bruto. Con 16 ó 17 años tenía muy poco cuerpo y por eso jugaba sólo por parejas, aunque el último año explotó, disputó el Navarro individual y lo ganó. El trinquete le vino bien porque aprendió muchas posturas: sotamanos, voleas…».