Los técnicos de Asegarce explican el plan de trabajo de Olaizola II para la final
L. GUINEA. PAMPLONA.
Aimar Olaizola sacó su billete para la final del Cuatro y Medio el pasado viernes 26 de noviembre. Por causas ajenas a su voluntad, la lesión y renuncia de Xala y el aplazamiento de Barriola, el delantero de Goizueta va a tener una esperar de 30 días. Un tiempo en el que ha hecho de todo menos perder el tiempo. El genio no descansa, aprovecha cada minuto en el gimnasio, en el frontón y en casa.
Tan afilado como en 2002. Físicamente Aimar Olaizola está tan fino como cuando ganó la txapela del Cuatro y Medio 2002. El delantero de Goizueta pesa 83,5 kilos y su porcentaje graso está en el 8,5% «Está muy bien, en plena forma. A pesar de lo del tobillo y las dificultades que tuvo al principio, está en el mismo peso que cuando fue campeón», dice su preparador físico, Luis Goñi. «Su respuesta en desplazamientos en 20, 30 y 60 metros sigue estando entre los mejores del cuadro».
Partidos de parejas a muerte. A la vista de la espera fue el propio Aimar Olaizola el que le pidió a la empresa jugar dos partidos de parejas para no desencancharse. Lo hizo el sábado 4 de diciembre en el Labrit y ayer en Urretxu. En esos partidos no hay trampa ni cartón. Olaizola no pide que le emparejen con nadie en especial, ni tampoco pide rebaja del material. Se juega como un partido más de parejas. «Aimar quería haber jugado con Xala, necesitaba ese partido. Y si no había un riesgo real de que se desencanchara. Y él en estos partidos lo da todo porque sabe que hay público y que hay gente que se está jugando dinero», comenta Salva Bergara, responsable técnico de Asegarce.
Patxi Ruiz hace de Barriola. El cuerpo técnico de Asegarce está preparando con mimo la final. Y en la última semana le han preparado a Aimar Olaizola un entrenamiento en el que se ha simulado con la máxima fidelidad el juego de Barriola. El pasado miércoles el delantero de Goizueta se encerró en el Ogueta con Patxi Ruiz, que hizo de Barriola. La sesión duró una hora y tres cuartos y se jugaron dos partidillos, uno a 22 y otro a 10 tantos.
Olaizola se estudia en vídeo. Aimar Olaizola trabaja no solo en el frontón y en el gimnasio. También se estudian y se repasan. Al delantero de Goizueta le gusta que le graben en vídeo todos sus partidos televisados. Generalmente se los graba su madre, luego el pelotari los ve y los estudia o no. Y en su videoteca está la final de 2002 del Cuatro y Medio contra Barriola. Otra cosa es que la repase.
El tobillo, protegido. En el Cuatro y Medio Aimar Olaizola está protegiendo especialmente su tobillo derecho, que sufrió un esguince grado dos en la pasada feria de San Mateo. Juega todos los partidos con un vendaje como medida de precaución. Hasta hace poco el delantero también usaba un vendaje protector en su brazo derecho, el que se lesionó en 2002. «De aquella lesión no queda nada porque ahora le suelta a la pelota con toda normalidad y sin ningún tipo de problemas», dicen los técnicos de Asegarce. «La pelota sale con la misma velocidad que hace dos años».
Tres centros de trabajo. Aimar Olaizola reparte su preparación de la final del Cuatro y Medio en cuatro frentes. En Hernani, donde acude dos veces por semana para realizar trabajo físico. En Vitoria, donde un día a la semana hace físico con el preparador de los pelotaris de Asegarce, y otro día hace el entrenamiento fuerte en frontón. Y en Goizueta, donde sin fecha ni momento fijo aprovecha para hacer un poco de manos en el frontón del pueblo.
El plan de la última semana. A Aimar Olaizola sólo le queda ultimar detalles en su preparación. Hoy lo dedicará al descanso, mañana hará una sesión física el miércoles y del jueves al sábado tiene previsto hacer un entrenamiento en frontón en Cuatro y Medio. La semana que viene el delantero de Goizueta hará un entrenamiento físico suave y otro en frontón, además de la elección de material.
Frenazo a la euforia. Los responsables de Asegarce saben que las referencias de Aimar son buenas para la final, pero frenan la euforia. «Vitoria le viene bien a Aimar y él está bien, pero los partidos hay que jugarlos».