Pese a su espectacular progresión, Yvés Xala, un pelotari forjado en el trinkete se cuela ante la sorpresa general en la final del Manomanista. Tino Rey, El Correo
Yves Xala (14-XI-1979, Biarritz), con su triunfo indiscutible (22-18) ante Aimar Olaizola el domingo en el frontón Atano III y su pase a la final del Manomanista, se ha convertido en la revelación de la temporada. Se ha doctorado en una modalidad donde hasta hoy todos los pelotaris vasco franceses que intervinieron en ella, fracasaron en el intento.
El de Berritz ha puesto una pica en una competición que siempre han dominado los especialistas de Euskadi Navarra y La Rioja. En contra de la opinión de los eruditos -nadie le daba como favorito en la línea de salida a la ‘txapela’- ha irrumpido con fuerza en la cita más importante de la mano profesional. El 6 de junio se enfrentará a Martínez de Irujo en San Sebastián
Ningún participante en el mano a mano, del otro lado de la muga, había llegado nunca tan lejos. Todos aquellos que probaron suerte fracasaron con estruendo. El primero de ellos -Pampi Laduche, hoy botillero de Xala, un delantero de los más ingeniosos que ha dado la pelota y con dos títulos de Parejas- nunca hizo carrera en las luchas individuales.