El mejor ataque, evitarlo

El juego de zagueros, protagonista en las semifinales del Parejas | El triunfo de Goñi III llegó tras 1.215 pelotazos | Beloki ganó con la mitad (615) | Bengoetxea VI, el delantero que menos falla
P. A. / La Estafeta de Navarra

Dicen que la mejor defensa es un buen ataque, pero en el Campeonato de Parejas de 2005, las cosas son al revés. Disputada la primera jornada de semifinales (Bengoetxea VI-Beloki, 22; Titín III-Barriola, 19; e Irujo-Goñi III, 22; Olaizola I-Zearra, 20), las estadísticas muestran que el espectáculo ofensivo se ha dejado de lado. Mandan los zagueros y el juego en largo, y en esta forma de entender la pelota, Bengoetxea VI-Beloki aparece como el mejor dueto de todo el torneo. Paradójicamente, los colistas del grupo B de la liguilla previa suenan con más fuerza que nadie para colarse en la final.

Números fríos. Entre las dos semifinales se han logrado 74 tantos: 4 saques, 31 hechos en juego por los delanteros, 4 por los zagueros y el resto, 35 errores (27 de los delanteros y 8 de los zagueros). Son números fríos que ilustran dos semifinales durísimas, aunque de desarrollo bien distinto.

Beloki manda. Bengoetxea VI-Beloki dominaron con mucha claridad a Titín III-Barriola. Habían anunciado que buscarían con insistencia la zaga, y la estrategia les salió perfecta. No es que Barriola fallara en exceso (cuatro errores), sino que en ese tipo de juego, Titín III se sintió en un continuo orsay.
Cuando entraba de aire, lo hacía desde posiciones incómodas, y nunca pudo ejecutar sus clásicos ganchos de izquierda (el riojano se mostró inseguro con esa mano); y cuando se encontró pelotas francas, se topó con un muro infranqueable en Oinatz Bengoetxea. El delantero de Leitza apenas remata de aire y rara vez se enreda adelante. Pero es rápido y ágil, llega a lo que otros ni ven y despeja la pelota a la zaga con facilidad. Es un gran compañero para un zaguero mandón, y Beloki hoy por hoy lo es. Su partido fue muy intenso, aunque, en realidad, tuvieron relativamente poco trabajo (la media fue de 19,2 pelotazos por tanto).

Fernando ‘currela’ Goñi. La otra semifinal fue semejante en el planteamiento y opuesta en el desenlace. El 22-20 de Irujo-Goñi III llegó tras una tunda de 1.215 pelotazos (el sexto encuentro más peloteado de la historia reciente). La paliza de Eibar tuvo tantos disputadísimos, de más de cinco minutos: la media de cada uno de ellos fue de 50,6 pelotazos; en ese sentido, este partido fue 2,6 veces más duro que el de Bengoetxea-Beloki.

Esta semifinal fue una especie del duelo al sol entre los dos zagueros más parecidos del cuadro, Fernando Goñi y Oier Zearra, los reyes de la seguridad en el peloteo. Y en esa guerra particular, la victoria fue para Goñi III: falló lo mismo que su rival (4 tantos cada uno), pero se apuntó dos en jugada (por ninguno del vizcaíno).

Sus compañeros optaron por el pelotazo en largo, algo raro si se observa que uno de ellos era Martínez de Irujo. El de Ibero fue en anteriores partidos un kamikaze del remate (para recordar, sus 15 tantos y sus 12 fallos en un solo encuentro, contra Gonzalez-Pascual en cuartos de final), pero el domingo se le vio más comedido. Su rival, Olaizola I, mostró su juego serio y clásico de siempre, aunque lo estropeara con un par de errores decisivos en el tramo final.

El ‘quid’ del material. Hay una clave más en estas semifinales del Parejas: el material. Bengoetxea VI-Beloki sacaron del cestaño balines de cuero vuelto que pasaron por encima de Titín. Por su parte, Irujo-Goñi III protagonizaron una remontada genial en el Astelena (pasaron de perder por 11-16 a ganar 20-16). Su trabajo fue indiscutible, aunque tuvo su truco, ya que remontaron con una pelota que se desgastó y se quedó en nada. Es un giro de tuerca más a una vieja polémica empresarial: Asegarce quiso erradicar la pelota de cuero vuelto (el juego no era de mano, sino de pala, decían), pero ahora las utiliza y arrasa. Y Aspe, que las defendía, ahora huye de ellas y gana.

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