En el monte Falperra (El Periodista deportivo)

Guimaraes, Martín Arrantzale

Ayer entramos en Portugal cruzando el Miño por Tuy. Dijimos adiós a Santa Tecla y nos topamos con la locura circulatoria lusitana, los arcenes se convierten en carriles de adelantamiento, y cualquiera toma a la primera un cruce a la derecha. El caso es que llegamos a Braga (vaya nombre colegas) y junto a la catedral aparcamos. Una señora que vendía flores nos dijo que era la más antigua (la catedral) de Portugal. Nos despidió con Aúpa Espanha, aunque yo le dije que era vasco y que venía sólo a informar sobre los nuestros, como dice Loroño en ETB. Me quedé con la impresión de que a la florista le importaba un huevo el conflicto .

Josu, mi fotógrafo, se puso ciego de vinho verde y yo de bacalao, eso sí, como el pil pil de mi amatxo ninguno. Nuestro hotel de seguimiento a la Selección está en Guimaraes, sin embargo los muchachos de Sáez se han enclaustrado en medio del bosque en las faldas del monte Falperra . Su lugar de concentración es un antiguo monasterio que se ha remodelado hace poco. Tiene de todo para un equipo deportivo, según oí ayer con dulce voz a Susana, la relaciones públicas, en la Radiogaceta de Gozalo (uno de mis ídolos, otrosí
digo, que se prepare su amigo Gatuso). No quiero ser gafe pero a mí me recuerda a la Martona de Argentina 78 "Aquí el Mundial, allí las torturas"; en ese campeonato del tongo de Rosario la Austria de Hansi Krankl y Prohaska nos mandó a casa a la primera.

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