Encrucijada de la mano guipuzcoana

Gipuzkoa puede quedarse sin ningún manista en el Campeonato de Parejas por primera vez en la historia. ¿Qué le sucede a nuestra pelota?
JOSEBA LEZETA/Diario Vasco

La posibilidad de que ningún manista guipuzcoano participe en el próximo Campeonato de Parejas merece un análisis, por lo que hemos abierto esta página a distintas opiniones de pelotaris en activo, ex pelotaris, responsables de federación y clubes, organizadores de torneos… La falta de relevo al más alto nivel es evidente y cada uno expone sus razones sobre lo que observa en su labor diaria. Las opiniones no coinciden, pero sí muestran distintos aspectos dignos de tenerse en cuenta.

JOKIN ERRASTI

Pelotari

«Yo, de niño, jugaba a pelota todos los días»

Muchos chavales empiezan a jugar a pelota, pero lo dejan a los 13, 14 o 15 años. Hoy en día no es fácil sacar un pelotari de primera fila. Saralegi y Mendizabal, por ejemplo, eran buenos aficionados, pero resulta complicado meterte en el grupo de los diez mejores delanteros. En la zaga sucede otro tanto. En Navarra salen muchos pelotaris y últimamente más en Bizkaia que en Gipuzkoa. Quizá en Bizkaia estén trabajando mejor a nivel de torneos, de competiciones de alto nivel. Yo pienso que hace falta competición desde muy pequeños, controlando el material por supuesto. Llevar una copa a casa es una ilusión enorme cuando eres un chaval y te ayuda a seguir en el deporte. Yo, de niño, jugaba a pelota todos los días. No había un día en el que no jugara, en el recreo, camino de casa para la comida, camino de la escuela para las clases de la tarde, cuando salía de la escuela… Siempre tenía una pelota en la mano. No basta con ir a entrenarse dos veces a la semana. La técnica se aprende así, a base de meter horas. Yo no esperaba a los dos días de la semana que había entrenamiento para jugar a pelota. Luego hay otras circunstancias, como el físico, que deciden si serás o no pelotari de primera fila. Pero a jugar a pelota se aprende de niño.

JEXUX ARGANDOÑA

Delegado del Ilunpe de Azpeitia

«Ahora hay que traer al chaval al frontón»

Desde la Diputación acaba de llegarnos al club Ilunpe una advertencia de multa entre 600 y 6.000 euros por organizar un campeonato local de pelota para chavales de siete a quince años. No creo que sea la mejor manera de ayudar a fomentar la pelota en Gipuzkoa. Los escolares juegan con pelotas de trapo y después, con 15 o 16 años, pasan a la de toque y dejan la pelota. Nosotros estamos yendo con nuestros chavales más pequeños a Burlada, a Ortuella… para que puedan jugar. Aquí no lo pueden hacer. No dejan trabajar a los clubes. Ésta no es la única razón para que no salgan pelotaris de elite, pero sí una de ellas. Si no coges chavales a los diez u once años, no hay nada que hacer. Azpeitia ha ganado este año el Interpueblos con pelotaris a los que hemos sacado a base de hacer trampas. Antes los niños iban al frontón por su cuenta. Ahora hay que traerlos al frontón.

JOXEAN TOLOSA

Ex pelotari

«Se acabó aquello de jugar todos a barrene»

No cabe duda de que en la pelota hay ciclos y quizá Gipuzkoa atraviese una época de escasez de pelotaris. En Bizkaia, por ejemplo, se trabaja mucho el campo aficionado, pero esta labor tampoco tiene reflejo luego en profesionales. Los pelotaris salen en lugares donde existe una tradición familiar. Hay muchos que comienzan a jugar a pelota cuando son unos chavales y lo dejan luego siendo aún jóvenes. En Amezketa, en mi pueblo, muchos niños andan con el monitor durante el invierno. Llega el verano, las vacaciones, y no ves a nadie en el frontón. Es una mala señal. La pelota es un deporte que exige dedicar muchas horas. En los pueblos se acabó aquello de jugar todos al barrene.

JUAN KARLOS ETXEBERRIA

Director técnico de la F. Guipuzcoana

«Yo no culparía al deporte escolar»

Entre los aficionados guipuzcoanos veo gente capacitada para ir hacia arriba: Mendizabal, Oteiza, Belloso, Jauregi, Argote… También es cierto que dar el salto a profesionales resulta ahora más difícil que hace unos pocos años. Yo empecé hace cinco temporadas en el cargo de director técnico de la Federación Guipuzcoana y me siento un novato para hablar de este tema. Lo cierto es que hay ciclos. Pero el trabajo bien realizado siempre da frutos. Yo de ninguna manera culparía al deporte escolar, al planteamiento actual del deporte escolar. Si el problema fuera esto, tampoco habrían salido esos pelotaris jóvenes a los que me he referido. Es difícil que exista una sola razón. ¿Por qué esa diferencia con Navarra? Sus pueblos pequeños no tienen piscina, sólo tienen frontón. En Gipuzkoa es difícil encontrar un solo pueblo sin piscina.

ANDUEZA VI

Ex pelotari

«Yo trabajaba y jugaba a pelota»

En mi época empezábamos a trabajar a los catorce años y hacíamos dos cosas: trabajar y jugar a pelota. Ahora, cuando cumplen 16 años se van a estudiar fuera de Azkoitia y yo tengo varios casos en el club de chavales buenos que han dejado la pelota a esa edad. Pasan la semana fuera y pierden el contacto con los entrenamientos, con este deporte. A mi hijo le digo que lo primero son los estudios. Y otros padres hacen lo mismo que yo. También es cierto que los chavales meten menos horas que antes en el frontón. Nosotros jugábamos todos los días, en el frontón o en el kontsejupe. Si en el deporte no metes horas, adiós. No sé qué sucede en Navarra, qué hacen allí, pero es cierto que salen más pelotaris. Cuando yo fui profesional éramos catorce pelotaris profesionales en Azkoitia. Ahora sólo hay dos.

JUAN LUIS UBERA

Delegado del Oskarbi de Elgeta

«En Navarra trabajan de forma muy individual»

Al margen de los problemas generados porque hoy en día se practican muchos deportes, la pelota tiene su propia problemática. El año 90 se eliminó en Gipuzkoa la categoría benjamín. Los benjamines de entonces tendrían hoy la edad para ser profesionales. Luego fueron los alevines y los infantiles. También nos encontramos con que la media docena de buenos pelotaris juveniles que tiene Gipuzkoa actualmente son los que, en contra de las normas de la Federación y de la Diputación, han ido a jugar torneos a Navarra. Visto desde el punto de vista de la elite, pienso que el tiempo está demostrando que se ha cometido un grave error. Hay un problema de fondo. A los niños les gusta vestirse de blanco, competir, y en Gipuzkoa no pueden. También es cierto que las empresas han apostado más por pelotaris navarros. Pero coges a los veinte pelotaris jóvenes con mayor proyección y dieciséis son navarros. En Navarra trabajan de forma muy individual. Hay pocos delegados, sólo tres clubes realmente fuertes y muchos chavales andan con sus padres. Eso sí, los clubes fuertes tienen buenas estructuras y realizan seguimientos médicos a sus pelotaris.

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