Esain juega y se quema

Lasa III se alía a su defensa de aire y a su veteranía para ganar un partido que tuvo perdido | Jugará este sábado contra Bengoetxea VI, en el Labrit
P. A. / La Estafeta de Navarra

La frontera que separa el éxito del fracaso es a menudo mínima, imperceptible. El burladés Iñaki Esain estuvo ayer a un solo paso del lado bonito, pero se dio de bruces en plena aduana y se quedó apeado prematuramente, en los treintaidosavos de final del Manomanista (triunfo de Oskar Lasa, 22-20). Fue una batalla con idas y venidas y alguna rencilla que acabó con la paciencia de Esain, un pelotari tan noble como fogoso.

El manista de Asegarce comenzó centrado, segurísimo en sus posibilidades y con ganas de demostrar cosas: llegaba después de superar una previa ante Otxandorena (22-15), y lo hacía además en plena forma, tras dejar atrás un calvario de lesiones. Era una nueva oportunidad de asentarse en Primera y mostró para ello su mejor juego, ése que le sitúa siempre como un incordio en todas las luchas individuales en las que participa: estopa seca y violenta con las dos manos, como si golpeara con dos palas, y estilo aguerrido.

En un visto y no visto, hizo subir al marcador con rapidez un 2-10 que parecía definitivo. Oskar Lasa no podía hacer nada ante un rival mucho más rápido que él y que golpeaba la pelota como un poseso. Y en ésas, el zaguero de Etxarri Aranatz, curtido en mil batallas, se dedicó a verlas venir: se instaló a la altura del cuadro cinco y trató de complicarle la vida a su rival con una defensa de aire notable (así hizo el 3-10, con un sotamano). Después, aprovechó bien su saque para firmar dos tantos y otros dos más con segundas jugadas (7-10).

Cañonazos de aire. Esain recuperó la iniciativa y logró una nueva ventaja (9-15). Sin embargo, y quizá a causa de la presión, el burladés empezó a no ver huecos para acabar los tantos y optó por endurecerlos. Y eso metió en el partido a Lasa III, un experto en devolver recados.

A partir de ahí comenzó una lucha titánica, en una especie de competición al mejor sotamano, o cañonazos de aire. Los dos quedaban baldados tras cada tanto, pero Esain, bastante más ágil que su oponente, se recuperaba antes. Ahí entró en juego la perrería de Lasa, o su saber estar en la cancha, que se tomaba su tiempo entre tanto y tanto para recuperar el aliento ante la impaciencia de su rival.

Poco a poco, Lasa le comió el terreno hasta situarse en el 16-18, momento en el que Esain volvió a arriesgar (mandó su dejada a la chapa, 17-18). El zaguero se fue entonces directo al 21-18 gracias a un buen pelotazo, tres saques y una nueva dejada de Esain que botó en la contracancha por un pelo. El burladés se rehizo, soltó un par de buenos pelotazos y recuperó el saque (21-19). Hizo un tanto más con una buena dejada (21-20), pero el ritmo loco del choque acabó con él: se jugó una nueva dejada y esta vez se le marchó fuera. Él estuvo a punto de ganar el partido, y él lo perdió.

Vestuarios. Al término del encuentro, Iñaki Esain se mostraba totalmente abatido. «Estoy eliminado por culpa mía, he hecho auténticas cagadas cuando lo tenía todo encarrilado», dijo el burladés, que criticó la actitud de Lasa. «Ha sido mejor y ha jugado sus armas, aunque no sé por qué el juez le ha dejado parar tanto el partido. Me ha roto el ritmo», lamentó Esain, que desconoce si seguirá el año que viene en Primera: «Harán lo que quieran».

Oskar Lasa resaltó la dureza del choque: «El comienzo ha sido muy intenso, me ha costado entrar en el partido. Esain me ha sorprendido con su zurda, le ha dado mucha velocidad al juego. En la segunda parte he sacado mi pelota y he gozado más. He cumplido con el objetivo pasando de ronda, pero hay que intentar llegar más lejos».

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