Mikel Goñi y Abel Barriola han jugado juntos cinco partidos en el último mes y los han perdido todos Juan Ángel Monreal, Diario de Noticias
Mikel Goñi y Abel Barriola son grandes pelotaris. El primero vive del favor del público y de su capacidad para entretener al personal con un juego vistoso y eléctrico. Barriola es un campeón. Ha conseguido más que la mayoría. Aspe tiene en ambos a dos de sus principales figuras y en este último mes ha decidido apostar a fondo por ellos. Aprovechando que ninguno de los dos anda sobrado, los ha colocado juntos cinco veces y los resultados no han podido ser peores. Han perdido siempre.
La última derrota llegó ayer en el Astelena de Eibar, donde Gonzalez y Pascual les dejaron en 12 tantos en un gran partido del zurdo de Askain, que se cobró ocho tantos en juego y recibió el respaldo oportuno de un zaguero con capacidad para intimidad como Pascual. Ni Goñi ni Barriola estuvieron bien. Las dificultades para ganar partidos del baztandarra son de sobra conocidas. En los últimos años nunca ha conseguido alcanzar al menos un 50% de victorias. Falla mucho y a destiempo, y arruina las opciones de casi todos los zagueros.
Esta ocurrencia de los programadores de Aspe tampoco ha alcanzado a Barriola en un gran momento. Eliminado por Patxi Eugui en el mano a mano, al leitzarra no se le puede discutir voluntad o dedicación, pero los resultados no terminan de llegar. Sus dos últimos partidos no han sido buenos y sólo brilló en Hendaia, donde se quedó en 17 frente a Titín y Goñi III.
Los dos pelotaris se Aspe se conocen desde niños y jugaron juntos muchas veces en juveniles. En profesionales, sin embargo, tuvieron que esperar hasta el 15 de agosto del año pasado para compartir cartel. Perdieron por 22-21 ante Koka y Beloki. Desde entonces, han jugado juntos 11 partidos, con dos victorias y nueve derrotas.
Mikel Goñi y Abel Barriola consuman el ridículo en Eibar Tino Rey, Eibar
La pareja navarra, sumida en un gran desorden, ofreció un espectáculo bochornoso ante González e Iñigo Pascual (12-22)
Algo parecido al sofocante bochorno se alzó ayer en el frontón Astelena. González y Pascual sonrojaron (12-22) a Mikel Goñi y Abel Barriola, que consumaron un ridículo pavoroso. El peor fue el polémico delantero de Oronoz Mugaire, con sobrepeso, sin ideas y con excesivos fallos a lo largo de su actuación.
Los augurios de la cátedra, que cantó el dinero a la par sin iniciarse el partido, no se cumplieron. La presunta igualdad que proclamaron se derrumbó muy pronto. Sólo hubo un cierto equilibrio en los primeros tantos con los empates a 1, 2 y 5. De aquí en adelante, el zurdo vasco francés y el zaguero estellés, se pasearon por la cancha eibarresa.
Poco a poco se fueron imponiendo, tanto en los cuadros cortos como largos del frontón, y llegaron al ecuador del encuentro con una ventaja sustanciosa: 11-5. González, con el punto de mira bien centrado, jugaba a su antojo con Mikel Goñi, lento en los desplazamientos y con muy pocos argumentos defensivos.
Mientras que en la zaga, Iñigo Pascual, además de desenvolverse con más criterio que Barriola, terminaba por imponer su pegada. El marcador lo manejó a su antojo la pareja que tomó la iniciativa: 11-7, 12-7, 13-7, 13-9, 18-9, 19-11, 21-11, 21-12 y 22-12. El último tanto lo regaló Goñi II de una extravagante dos paredes de zurda bajo txapa.
Fue el fin de una historia estrambótica, con un principal culpable: Mikel Goñi. Falló siete pelotas claras y nunca estuvo metido en el choque. Abel Barriola, que terminó contagiándose, firmó una actuación mediocre. Acusó cuatro saques y su derecha, blanda como la mantequilla.
González se ha encaramado a los estelares de la promotora de los Vidarte por derecho propio. Es un delantero creativo, sorprendente cuando activa el juego de aire, y con un toque de pelota especial. Pascual, muy cómodo en el peloteo, casi siempre le dio la espalda a su oponente.