Juan Ángel Monreal
Perdió la final del Individual por 35-33 en uno de los choques más grandes de la historia reciente del remonte. Rubricaba así un verano sensacional y abría las puertas a su explosión completa, que se ha vivido este otoño. Ha jugado combinaciones complicadísimas y ha tuteado a Ezkurra. Pese a que en las dos últimas semanas parece haber bajado algo el pistón, afronta el Campeonato de Parejas dispuesto a sorprender a los favoritos.
¿Cómo se encuentra?
De maravilla. En las dos últimas semanas parece que he bajado un poquito en pujanza. He perdido algo de punch y la pelota no me sale como en días anteriores, pero de juego ando muy bien. Llevo unos meses jugando como nunca.
¿A qué cree que se debe?
Pues no lo sé, pero lo cierto es que coincide con el tiempo que llevo casado (5 de junio). Desde que volví estoy jugando muy bien.
¿Cree que lo está notando?
Pues sí. La vida estable me ha hecho subir un poquito más la forma. Salgo a jugar más tranquilo y creo que soy más regular. La verdad es que estoy jugando combinaciones que antes ni soñaba. El otro día me enfrenté con Altuna II a Ezkurra e Iriarte.
¿Se ve ya al nivel de Ezkurra?
No, todavía no. Koteto es el referente adelante, pero creo que me he acercado mucho. Y no lo digo yo: lo dicen las combinaciones. En la final estuvimos ahí. Me ganó por 35-33, pero jugamos muchísimo e hicimos una final preciosa.
¿Y se ha acercado a Ezkurra porque ha subido usted o porque ha bajado algo Koteto?
Yo creo que he subido yo.
¿Y en qué cree que ha mejorado?
Me noto más completo. Confío más en mí mismo. Veo que tengo un partido complicado y me digo: ‘lo tengo que ganar’. Y lo gano. Y también creo que la preparación física es fundamental. Yo baso mi juego en el físico y para ello me cuido muchísimo.
Afronta el Campeonato de Parejas-Torneo Faustino en compañía de un debutante como Juaristi. ¿Cómo lo ve?
Es una competición complicada. Jon es un pelotari joven, que defiende y que no falla. Quizá no tiene una gran capacidad para terminar los tantos adelante, pero es un buen compañero. Se trata de no fallar y de alargar los partidos, de endurecerlos.
El sábado cumplió 12 años como profesional, y todavía no ha conseguido una txapela por parejas. Y no parece que Juaristi sea el compañero más fuerte…
Pero es normal. Ni a Ceberio II ni a Ezkurra ni a mí nos han puesto con un compañero fortísimo. Por eso creo que los favoritos son los duetos consagrados, como Altuna I-Iriarte o Altuna II-Etxabe.
¿Pero le importa no tener el título?
En los últimos años he jugado con Iñigo, Agirresarobe, Urretabizkaia un par de años, otro lo hice como delantero. Claro que me gustaría, pero la verdad es que no me importa mucho. Es más importante el día a día.
¿Le gustaría que la empresa le pusiera mejor compañero en estas citas?
Eso cuando sea mayor.
El remonte está haciendo esfuerzos por salir al frontón corto. El último ejemplo es el del Labrit. ¿Cómo lo ve?
Yo soy optimista. Creo que los dos días que se ha ido al Labrit ha funcionado bastante bien de público, aunque el segundo el partido no salió nada bien. Se ha acertado con el material. Se están sacando unas pelotas preciosas y a la gente le gusta. Era una incógnita, pero creo que es un campo que hay que explotar.
¿Cree que puede funcionar?
Yo creo que sí. Se puede llevar a los pueblos en fiestas porque se trata de un espectáculo nuevo, que la mayoría de la gente no ha visto, y la velocidad y el ruido impresionan.
Se le ve optimista…
Claro que sí. Yo creo que las cosas van bien. Hay que reconocer que el Euskal está bajo, pero el Galarreta es una maravilla. Los jueves y los sábados se forma un ambiente fantástico y, en el cómputo global del año, yo creo que es el mejor frontón de todos. Todos los puntos (apostantes fijos) acuden a él porque se sienten a gusto. Se trata de una clientela fiel y exigente, pero esta exigencia nos gusta porque significa que confían en nosotros. Si no tuviéramos esa exigencia sería malo. Es cierto que las modalidades de largo no están pasando un buen momento, pero nosotros tenemos la suerte de tener el Galarreta. Ahora que está claro que no sale lo de Madrid, hay que cuidar lo de aquí.