El mundo del remonte ya tiene una nueva gran figura, el zaguero navarro Miguel Mari Urrutia, que dio el sábado un salto al Olimpo pelotazale en el frontón Galarreta de Hernani al ganar su primera txapela en el Campeonato Oficial Individual, el Torneo Casino Kursaal. Urrutia, que partía como víctima ante el bicampeón Zeberio II (las apuestas salieron 100 a 40 para el delantero de Elduain), destrozó los pronósticos al imponerse por 29-35, después de un partido de gran dureza, con 235 pelotazos a buena y 86 minutos de duración.
Tras el 35-19 favorable a Zeberio II en la liguilla de semifinales, pocos confiaban en un desenlace semejante, pero lo cierto es que Urrutia fue hoy un remontista distinto, confiado en sus posibilidades, firme en el peloteo… y muy agresivo con su saque mediado el partido, una virtud que le dio la txapela. Por su parte, y tras un campeonato impecable hasta entonces, Zeberio II se vino abajo en la final durante unos tantos en los que se le vio agarrotado, sin soluciones, y en el que concedió una renta de diez tantos que le pesó como una losa.
El inicio de la final fue frenético, con dos remontistas que no acertaban con el saque y se aplicaban a un toma y daca vertiginoso en el peloteo. Así se llegó a la igualada a 17 tantos, momento para el que Urrutia dejaba ya claro que tenía muchas cosas que decir en la final: tenía facilidad para atrasar la pelota hasta el rebote, y entraba con decisión en el resto. Incluso se permitió el lujazo de la final, un saque al ancho que pasó con una exhalación a la derecha de Zeberio II (tanto 13-12). Mientras, los peloteos más largos caían del lado del atleta Zeberio II, el cual se esperaba que impusiera su gran fondo físico conforme pasaran los minutos. No fue así.
A esas alturas de partido, Urrutia todavía no había sacado a relucir su saque… pero en cuanto lo consiguió, la txapela puso rumbo firme a su localidad natal, Saldias: el zaguero rompió la dinámica de la final, sacó provecho de su látigo y enlazó una ventaja definitiva de diez tantos (22-32) en un rato de ensueño ante un Zeberio II agarrotado, sin recursos ante un rival que pegaba más, y con más sentido. El delantero de Elduain reaccionó a fuerza coraje, pero para esas alturas la txapela ya tenía dueño… a pesar del nerviosismo de Urrutia en los tantos finales (en el 26-32 se retiró a vestuarios presa del pánico ante un Zeberio II que le había hecho cuatro tantos seguidos). El guipuzcoano se asomó hasta el 29-34, pero era tarde ya para la épica, y Urrutia confirmó la sorpresa: su nombre figura ya desde hoy a entre los más grandes del remonte.
Entrevista en Diario de Navarra
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