Altuna II y Lizaso dieron ayer en el Euskal Jai Berri-Reyno de Navarra una lección de oficio y saber estar para desarmar el gran potencial de sus rivales, Urriza-San Miguel, que despertaron de su largo letargo justo al final (perdían por 19-31, y llegaron a igualar el choque a 38 tantos), pero que acabaron pagando su juego irregular y con altibajos (triunfo final de Altuna II-Lizaso, 38-40).
Para unos pocos privilegiados pelotaris, el remonte es un oficio a tiempo completo, con un todo mundo de detalles que deben cuidar con mimo, pues determinan su ser o no ser en cada partido. Oficio es pegar grandes pelotazos, correr en la cancha, escalar la pared izquierda si es preciso para defender un envío y, por supuesto, pelear como un jabato; pero también lo es leer la táctica de cada partido; y también, cómo no, mantener la tensión y la compostura en todos y cada uno de los minutos, factores que también ganan partidos porque son parte del ADN del ganador. Tras muchos años en activo, Lizaso (que debutó 1992) y Altuna II (que dio el salto tres años después) están en disposición de dar lecciones a muchos jóvenes pelotaris, que derrochan cualidades. Como ocurrió hoy en el Euskal.
Fuente Remonte Berri