Pablo Almárcegui / Remonteberri.com
Las vacas sagradas del remonte de hoy (Ezkurra, Zeberio II, Lizaso…) y de ayer (Elizalde, Matxin II, Salsamendi incluso…) suelen coincidir en un punto claro, inequívoco: el termómetro que mide al buen remontista es el día a día, la regularidad mostrada a lo largo y ancho de los 12 meses del año. En una frase, “es lo que da de comer”. La sentencia se refiere a la fiabilidad del remontista en cualquier partido, por encima de estados de forma o anímicos; a la imagen que exporta hacia el gran público; y, cómo no, a la confianza que genera en el apostante.
Los títulos, las txapelas, son un buen índice para ubicar a cada pelotari. Suponen un escaparate inmejorable hacia fuera, venden, dan titulares, y refuerzan por añadidura la autoestima del pelotari. Pero, por encima del palmarés, de los triunfos puntuales, se sitúa esta aureola que define al pelotari en su conjunto, y que no es flor de un día. Este quién es quién se crea tras toda una temporada de mucho remonte, pues un año ofrece una media de 100 oportunidades (100 partidos), para cada uno de los remontistas. Y al término de toda una campaña, los números dicen muchas cosas de la plantilla de Remonte Berri.
La ‘pole’
Uterga, Badiola, Urrutia
Los tres remontistas que más partidos ganaron en 2008 fueron el delantero de Doneztebe Xanti Uterga y el zaguero de Azpeitia Imanol Badiola (poseen números idénticos: 65 victorias y 44 derrotas, tras 109 partidos jugados). Acumulan un excelente 59% de triunfos, en el caso de Uterga, adornados además con dos txapelas: la del Máster Pacharán Baines; y la del Torneo Comunidad Foral-Muebles Polque. El joven delantero aprovechó sus oportunidades, aunque se quedó a las puertas de jugar el gran Campeonato de Parejas, el Torneo Tejados Aoiz. Luchará por ello en 2009.
Foto Joseba Zabalza
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