Eugui acusa una izquierda frágil y sin confianza

El agoizko sucumbe ante Leiza tras ir ganando por 20-15
La zurda del navarro nunca le dio velocidad a la pelota y el vizcaíno supo aprovecharlo para ganar
juan ángel monreal / Diario de Noticias

En diciembre hará cuatro años. Será el día 10, que esta vez cae en viernes y que en 2000 llegó en domingo. Aquella tarde casi de invierno, con los árboles ya pelados y la noche acechando para las cinco, Eugui y Retegui disputaron su último duelo individual. El Astelena hervía con 1.600 personas en las gradas, reunidas al calor de un encuentro irrepetible, histórico. Fue la última vez que Julián Retegui Barbería, Retegui II, el manista 11 veces campeón del mano a mano y cuatro en el acotado, se vistió de blanco para jugar un partido individual. Jugó -y perdió- frente a Patxi Eugui, que redondeó siete días más tarde la mejor temporada de su vida.

Retegui cayó por 22-20. Tenía 46 años, un montón de lesiones y un instinto ganador que aún asustaba a muchos adversarios más jóvenes, sanos, frescos y poderosos. Claudicó frente al mejor Patxi Eugui de todos los tiempos, pero tras plantear un encuentro durísimo, jugado de poder a poder. Aquella fue una de sus derrotas más grandes.

Ayer, casi cuatro años después, Retegui y Eugui volvieron a encontrarse en un frontón. El primero, ya cincuentón, asesoraba a Iñigo Leiza, un chaval de Lemoa de 24 años en quien el ex campeón navarro confía como un pelotari que debe jugar en Primera. Eugui, 32 años, llegaba al Burunda como claro favorito pero con la duda habitando en su pecho. Fue operado en la mano izquierda hace cuatro meses y medio, y el de ayer era su cuarto partido desde entonces. Necesitado de victorias que huyen de su mano, el agoizko afrontaba un nuevo combate contra sí mismo, contra las lesiones y contra la incertidumbre. Y Eugui perdió del mismo modo que pudo haber ganado y, quizá, haber soñado en una rehabilitación deportiva. En ir cogiendo la forma, entrenamiento a entrenamiento, semana a semana, y pensar que, por qué no, era posible volver a estar con los grandes. Como sucedió en el Manomanista de hace unos meses, cuando arrolló a Barriola por 22-3 y tuvo que pasar después por el quirófano.

Malas noticias pronto Ayer, el sueño de volver a ser quien fue, lo segó Leiza de raíz. El vizcaíno emuló a su botillero y jugó concentrado desde el primer minuto. Bien metido, bien plantado, amenazó a Eugui ya al comienzo, demostrándole, por si no lo sabía, que no iba a ser un rival sencillo. Le dio a la pelota con chispa, abrió hueco, llevó la iniciativa y sorprendió a Eugui.

Así se escapó hasta un 4-8 significativo. Fue un inicio duro, con tantos peloteados, y que descubrió lo que se temía. A la izquierda de Eugui le falta confianza. No se encuentra en el estado que le gustaría al propio pelotari. En San Mateo terminó dolorida y ayer no pareció haberse recuperado. Se ablandaba en cada golpe, sobre todo cuando había que pegar desde abajo, meter el riñón y darle fuerte. Nunca le dio velocidad con esa mano, pero se sirvió de su clase, de su derecha todavía profunda y poderosa y de su oficio lanzando las dejadas para igualar primero y remontar después.

Fueron tantos para la esperanza. Eugui dominaba y terminaba con facilidad. Se escapó hasta el 20-15, hasta que un soberbio zurdazo de Leiza al ancho cambió el rumbo del choque. Eugui ya no supo reaccionar y aruinó un trabajo, si no brillante, sí al menos laborioso.

Eugui 20

Leiza 22

Duración 61 de tiempo total y 20 de juego real.

Saques Dos cada uno.

Pelotazos 381

Tantos en juego Eugui logró 16 y Leiza, 11.

Errores Nueve de Eugui y dos de Leiza.

Marcador 1-1, 3-3, 4-5, 4-8, 7-10, 12-10, 12-14, 14-14, 14-15, 20-15 y 20-22.

Incidencias Una media entrada en el frontón Burunda de Alsasua

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