El campeón del Open de Bizkaia de mano y líder del ranking abre las puertasde su casa a DEIA para analizar sus diez meses en la empresa en la que vive «una segunda juventud»
Juan Luis Ibarretxe / Deia
Carlos Armendariz paladea su triunfo en el Open de Bizkaia de mano a la vez que espera con ilusión el nacimiento de Mikel, su segundo hijo. Entre tanto ajetreo, el de Orkoien sacó tiempo para atender a DEIA.
¿Cómo se siente uno con el trofeo aún calentito?
Muy contento, porque el torneo además fue competido.
¿Está viviendo una segunda juventud en Frontis?
Sí, me encuentro muy a gusto y fresco, tanto de golpe como de piernas. Además, la experiencia hace que juegues de otra manera y estoy disfrutando.
El guipuzcoano Alustiza gana en Nafarroa y usted, que es navarro, en Bizkaia, ¿es esto el mundo al revés?
Ojalá ganase cada uno en su tierra, pero la rivalidad es enorme y a ver si esto sirve para que los de casa se aprieten los machos.
Es el nuevo líder del ranking, ¿se siente como Federer?
Je, je, je. Bueno, esa es un poco la idea de este sistema, que haya un número uno con unos privilegios de cara a siguientes campeonatos.
¿Le agrada este sistema de puntuación?
Sí, aunque todavía es el primer año y hay que desarrollarlo, es interesante.
¿A quién le dedica este nuevo éxito?
A mis padres, que siempre me hay ayudado, a mi mujer Natasha, mi hija Nadia y al niño que está en camino.
Cuando fichó por Frontis ¿tuvo la posibilidad de haber renovado con Asegarce?
Sí, cuando se acercó la fecha en que se acababa mi contrato hablé con Asegarce y querían que siguiera. Luego apareció Frontis, me hizo su propuesta y se lo comuniqué a Asegarce. Ésta no cedió ni un ápice y, como la oferta de Frontis era mejor económica y personalmente, vine aquí y rechacé lo que me ofrecía Asegarce, que creo que no era justo.
O sea que se decidió porque aquí iba a gozar de mejores condiciones.
Sí, económicamente mejoraba, además tenía la posibilidad de ser socio de la empresa y no lo dudé. En Asegarce existía un inmovilismo total y entonces me quedó todo claro.
¿Nota un trato más familiar en su nueva empresa?
Aquí hay menos gente, es más fácil mantenerte cercano a todos y hay una buena sintonía entre el deportista y el empresario.
¿Qué balance hace de estos diez meses con la promotora navarra?
El balance es positivo, en verano he jugado más partidos seguidos que ningún otro y el invierno se ha hecho muy atractivo.
Hace apenas un año disputó un partido del Parejas, de haber seguido en Asegarce, ¿se veía en el campeonato?
Es difícil saberlo. El año pasado y hace dos también me veía, pero los intereses de la empresa eran distintos y apostaron por otros. Fui suplente y no es agradable, ya que es difícil que salte la liebre y te hagas con la plaza.
Hace dos años logró, también como suplente, el pase a una final que luego jugó Pascual.
Sí, fue muy bonito. Gané con Aimar a Agirre y Barriola tras dos horas de partido y luego estuve varias horas en el vestuario intentando recuperarme de un corte de digestión.
Se dice que a Frontis van todos los que se retiran.
La empresa se fundó con deportistas de Asegarce y Aspe que tenían una trayectoria intachable y a los que se le planteó la posibilidad de jugar aquí. Creo que es una buena forma de comenzar, y luego hemos fichado jóvenes como Amarika, Larraia, Antxia…
¿Les sorprendió que alguno de ellos no debutase antes?
Yo no les conocía, pero visto el nivel que tienen, sí que sorprende. Son manistas que han ganado casi todo en aficionados y están más hechos que varios segundas de Aspe y Asegarce .
Su paisano y primo Ritxar Tirapu, también es manista profesional.
Sí, hay pocos que se hayan volcado tanto en lo que hace como él. Tenía una ilusión tremenda por ser un gran pelotari y lo logró. Antes de la lesión de rodilla estaba venciendo a los mejores y tras el percance no recuperó su mejor juego y llegaron otros con fuerza. De todos modos, es joven y si le dan cancha volverá a estar arriba.