Juan Martínez de Irujo, que ayer cumplió un año de profesional, firma una temporada fantástica a la espera de la final del Manomanista
Tino Rey / El Correo
Ayer hizo un año que Juan Martínez de Irujo daba el salto al profesionalismo en el frontón Labrit de Pamplona. Su primer paso lo dio agarrado al éxito, con quien mantiene un idilio constante. Apadrinado por Aitor Elkoro se impuso (22-21) a González y Eulate. Con el empate (21-21) agarró una volea, a resto de saque, fulminante.
El partido, que se jugó un viernes a la noche, pasó prácticamente desapercibido para la mayoría de los pelotazales. Las crónicas no le dieron apenas relevancia al debut del joven delantero navarro. «El debutante ha cumplido y ha dejado sobre la cancha del frontón pamplonés la impronta de un pelotari atrevido y con importantes recursos», fue una de las cortas reseñas que se le dedicó en un periódico de su tierra.
A los pocos meses, concretamente el 8 de septiembre de 2003, presentó una tarjeta deslumbrante. De los 18 partido jugados hasta entonces, en 16 ocasiones retornó a la ducha con el cartón 22 bajo el brazo. Técnicos, pelotaris, empresarios, aficionados y medios de comunicación, se rindieron a sus pies.
Su campaña veraniega no pasó desapercibida para nadie. En la promotora de los Vidarte encontró un entorno que le protegía y mimaba. Su compenetración con el director técnico de su empresa -Jokin Etxaniz- y los intendentes fue total. Sólo le faltaba pasar la prueba del algodón en las competiciones de élite.
Labrit, frontón talismán
La primera prueba de fuego le llegó en el Torneo del Cuatro y Medio. El primer examen, contra el campeón Manomanista, Patxi Ruiz, lo pasa con sobresaliente. En su frontón talismán, el Labrit, lo derrotó (22-17). Cayó en el siguiente peldaño (12-22) ante el riojano de Hervías, Miguel Capellán.
El máximo dirigente de Aspe, Fernando Vidarte, no dudó en incluirlo en el Campeonato de Parejas, en contra de la opinión de algún miembro del comité técnico de la Liga de Empresas, que consideró la iniciativa como prematura. Sin embargo, la apuesta realizada desde la empresa eibarresa fue un éxito.
Respaldado por Oskar Lasa, el veterano zaguero de Etxarri Aranaz, se presentaron en la final del Atano III de San Sebastián ante Titín III y Fernando Goñi. El riojano puso en marcha su maquinaría rematadora y eclipsó el sueño del mozalbete de Ibero, que fue superado con creces por el predador de Tricio.
Aspe, con la llegada del Manomanista, continuó arriesgando con Juan Martínez de Irujo y lo inscribió en la competición reina de la modalidad. Su ascensión por la pirámide fue meteórica. Desde la misma base se asentó en la liguilla de semifinales, después de eliminar a Agirre, González y Asier Olaizola.
El 9 de mayo se doctoró en el frontón Ogueta de Mendizorroza tras vapulear (22-1) a uno de los grandes caciques de la especialidad, Aimar Olaizola. Fue un auténtico recital pelotístico. Con su habitual osadía ridiculizó al niño ilustrado de Goizueta. Todo lo que intentó, que fue mucho, le salió a la perfección.
El ‘Día H’
El ‘Día H’, el de la consagración definitiva, será el próximo domingo en el frontón Atano III de San Sebastián. Allí le estará esperando, con la ‘txapela’ del Manomanista en juego, Yves Xala, que ya ha superado la gastroenteritis que le sobrevino la madrugada del pasado jueves. Martínez de Irujo, está a punto de tocar el cielo en un sólo año. Toda una proeza.