Hablar de él es hablar de unas de las leyendas de la pelota y, sin duda, de uno de los mejores palistas que ha tenido esta modalidad en toda su historia. Y, es que, Manolo Iturri dominó la pala durante nada más y nada menos que 25 años, consiguiendo unos triunfos que han pasado ya a la historia de este deporte. Iturri es siempre recordado por la notable superioridad que mantuvo siempre con el resto de palistas de su época y, consiente de ello, jugó innumerables partidos concediendo unas ventajas a sus rivales que nunca se han vuelto a ver.
Iturri nació el uno de mayo de 1942 en Espinal, pero hizo la vida en Burguete. Se convirtió en palista profesional en circunstancias muy poco usuales. Leyó un anuncio en un periódico de Pamplona y se presentó en compañía de su amigo Urtasun en el frontón Colón de Barcelona. No había cogido nunca una pala. En cuanto le vieron, le ofrecieron un contrato. No tardó en convertirse en el mejor pelotari del cuadro. Tenía veinte años. Desde el primer instante se le adivinaron unas condiciones extraordinarias, fuera de lo habitual. Era un pelotari diestro pero que manejaba la zurda con una velocidad, una precisión y un toque fuera de lo común.
Comenzó a destacar poderosamente en el Colón y desde allí pasó al Recoletos madrileño, en donde vivió una época muy destacada. Sacaba la cabeza al resto de cualquier plantilla. Iturri jugaba con el zaguero más corto del cuadro contra la mejor pareja. Le ponían con un zaguero medianito frente a los tríos más potentes y terminaba por sacar adelante la mayor parte de los partidos.
No sólo daba ventajas en las combinaciones, también lo hacía con el material y con el saque. De él se ha destacado, sobre todo, su golpe de izquierda aun siendo diestro , ya que supuso una innovación importante en la modalidad, su capacidad para defenderse, para restar desde la pared derecha y para levantar la pelota.
Cuando llegó el declive de la pala en Madrid en 1968 se trasladó primero a Sestao y posteriormente al Deportivo de Bilbao. Allí logró sus mayores logros y se le continúa recordando como un rival practicamente inaccesible. Esta fue su época dorada, el mejor momento de su carrera y en el que consiguió sus mayores triunfos. En 1977 se trasladó al Carmelo Balda, donde continuó engordando su propia leyenda a base de buen juego y de victorias.
Se retiró a los 46 años, después de pasar sus últimas seis temporadas en el Deportivo Bilbao y estando todavía a la cabeza de la modalidad. Hasta mayo de 1993 permaneció muy ligado al mundo de la pala, pero esta vez como intendente en el Deportivo. Fueron cinco años en los que ejerció su magisterio con algunos de los profesionales de hoy.
En 1993 abandonó Bilbao y se trasladó a Logroño, donde se casó, pero no se desentendió del mundo pelotazale, ya que se mantuvo como monitor de la Federación Riojana de pelota, donde encontró otra de sus vocaciones, que era la de enseñar a los chavales más jóvenes a practicar un deporte y una modalidad en la que él creo una leyenda imborrable.
1 comentario en «Iturri, el mejor palista de todos los tiempos»
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Fui afortunado de estar entre sus amigos,enseñamos juntos a chavales en la Federación Riojana,hasta sus ultimos días. La grandeza que alcanzo como pelotari,se queda pequeña comparando como era como persona.Siempre te recordare amigo.