Entrevista de Pablo Almárcegui
Dos meses y 15 días después de debutar como remontista profesional, el pamplonés Javier Urriza regresará el sábado al Labrit, frontón en el que logró parte de sus grandes éxitos como palista aficionado
Javier Urriza Torres (Pamplona, 1981) disputó allá por octubre su último gran partido en el Labrit, la final del Torneo de San Fermín Txikito (junto a Velilla, cayó ante Zozaya-Erburu). Seis meses después, este sábado, Urriza volverá a jugar un partido de nivel en este mismo frontón, aunque esta vez la cita será un tanto especial y distinta: el ex palista disputará en la Bombonera pamplonesa su primer encuentro desde que a finales de enero debutara como remontista profesional (jugará dentro del festival programado en torno a la final del Máster Pacharán Baines, entre los guipuzcoanos Zeberio II-Agirrezabala y los navarros Uterga-Urrutia). Tras un inicio titubeante, Urriza, que completó un espléndido mes de marzo (11 victorias en 14 partidos), cuenta sus impresiones como profesional de esta modalidad pelotazale.
Han pasado dos meses y medio desde que debutó como remontista. ¿Qué tal se encuentra?
Bien, voy poco a poco, pero sobre todo veo que estoy mejor situado en la cancha. Al principio eso me costaba más: me veía bien en los entrenamientos, pero todo cambiaba radicalmente en los partidos. Me costó mucho arrancar, pero después de jugar muchos partidos he cogido confianza y todo me va mejor. Creo que le estoy cogiendo el tranquillo al remonte.
Los partidos han sido la mejor escuela…
Sí, es donde más se aprende, todo es muy diferente a los ensayos porque hay más tensión y nada regala nada.
Ha tenido grandes resultados en marzo: 11 victorias en 14 partidos jugados. Son números muy destacados para un debutante.
Sí, estoy contento. Creo que todo es cuestión de confianza, ese mes empecé ganando y a partir de ahí te salen las cosas, te atreves y te sale todo, ya sin la ansiedad de los primeros días. Es cierto que muchas veces me han puesto mejores zagueros que a los rivales, pero esto es lo de siempre, también hay que aprovecharlo. Eso cambiará, de hecho, cada vez me tocan partidos de más nivel.
¿En qué ha progresado más?
Lo que más noto es la colocación, tanto en la cancha como de la pelota, además de la tranquilidad a la hora de jugar, porque al principio salía demasiado acelerado. También se aprende el manejo de la cesta, la defensa en la pared… es una mejora continua.
¿Y en qué debe mejorar más?
En todo. En defensa, me gustaría complicar más en las pelotas que van a la pared, y luego, con pelota fácil, hay que saber acabar el tanto al dos paredes. Eso me cuesta mucho, pero insisto en que la clave es la colocación, mía y de la pelota. Hay pelotaris quizá con menos cualidades físicas que los más jóvenes, pero es una gozada ver cómo echan la pelota donde siempre acaba en tanto.
¿Y el toque? Habrá una gran diferencia en el golpeo, entre el empale y la remontada…
Sí, no tiene nada que ver. Quizá en la pala haya más dificultad en el sentido de que hay que darle en el momento y en el lugar exacto. En el remonte hay un poco más margen para golpear la pelota… pero la sensación de velocidad con el remonte es impresionante, en la pala no hay tanta. Es una modalidad preciosa, con una velocidad realmente espectacular.
El día de su debut, el 27 de enero, se planteaba como meta seguir progresando, ver que con el paso del tiempo no se estancaba. De momento, objetivo cumplido…
Sí, con eso estoy muy contento. Al principió me costó mucho, pero he ido a más y cada vez me ponen partidos más comprometidos. Los retos ahora son los mismos, asentarme en el remonte. Empecé jugando primeros partidos y ahora ya aparezco en los cuartos: tengo que dar el callo y aprovechar estas oportunidades.
El próximo sábado jugará en el Labrit. Será un partido especial, en un frontón en el que ha jugado muchas veces como palista…
Sí, volver al Labrit con el remonte será especial, pero al mismo tiempo me da bastante respeto por jugar el hecho de jugar a remonte y en frontón corto. Llevo poco tiempo y es realmente difícil, la pelota coge una velocidad tremenda, el delantero apenas tiene tiempo de verla y hay que rasearla para hacer daño ya desde el saque. Había visto partidos de esta modalidad en frontón corto y eran espectaculares, pero a la hora de entrenar lo he visto desde dentro y me he quedado impresionado. Lo haremos lo mejor que podamos, a ver si sale un buen partido.
Foto: Mauricio Olite