Jai Alai News
Es una época de total incertidumbre. Los eventos deportivos, al igual que los culturales, son uno de los más afectados por la crisis del Covid-19. En muchos deportes no permiten que haya público (futbol por ejemplo) o han aconsejado no ir a verlos (remo, este pasado fin de semana). Los frontones pueden acoger gente en todas sus especialidades, con unas severas restricciones: el límite de aforo es del 60% en Hegoalde y del 30% en Iparralde.
Pues bien. En las tres funciones de Markina-Xemein, (10, 16 y 19 de julio) el frontón ha presentado una magnifica imagen. La Universidad dispone de 1.000 localidades, y han estado habilitados 600. Si ya en la primera jornada hubo buena entrada, el día del Carmen y en las finales de ayer, la Uni «se llenó». Entiéndase respetando el aforo. Lo de ayer sorprendió ya que se trataba de domingo, seis de la tarde, y en un día muy caluroso.
En San Juan de Luz se ha jugado la primera función de las doce programadas. El Campos Berri tiene el límite puesto en el 30%. Al tener más de dos mil localidades, pueden entrar unas 750 personas. Y así los pudimos ver en las imágenes de la retransmisión de Canal Plus. Más de uno se ha extrañado y asustado por el poco uso de las mascarillas por parte del público. Hay que señalar que en el estado francés, el uso obligatorio de la máscara entra hoy en vigor, y se ha limitado en principio a espacios públicos cerrados.
Sea como fuere, una vez más, ha quedado demostrado que el público quiere ir al frontón a ver cesta-punta. No es algo nuevo. Ya van al menos cinco años en los que la cesta-punta ha logrado «enganchar» a la gente. Lo que comenzó en Gernika se ha trasladado en mayor o menor medida a otras plazas. Muchos aficionados de Hegoalde solían ir a San Juan de Luz o Biarritz para ver partidos en frontones llenos. Eso ya ha cambiado.
Como decimos, no es algo nuevo. No es noticia. Pero hay que sacar pecho y dejar a un lado el discurso de «no va gente a los frontones». Tampoco hay que mentir. Todavía hay veces y lugares en los que el público no responde tan bien, pero la tendencia al alza es muy clara. No son cuatro funciones, son cinco años.
El público responde y la cesta-punta interesa. En época de confinamiento, las retransmisiones de jai alai han tenido unas audiencias espectaculares en ETB1 (comenzando la emision a las once de la noche y terminando muy tarde).
Otro discurso que hay que dejar a un lado. Todos hemos visto los partidos de los años 90. ¿Pero es que los pelotaris de ahora no son buenos? ¿El partido de ayer de Markina-Xemein, es de menor nivel que los «históricos» que hemos visto por televisión? Sí, en esa época se jugaron grandes partidos, pero otros no lo eran tanto. ¿Fue peor la última final individual de Aimar contra López, que los mano a mano de los años 90?
Está bien recordar la historia. Es imprenscindible y necesario. Pero hay que poner en valor los pelotaris de hoy en día, su juego, su espectáculo y su calidad. Si el público responde, es por algo. Los pelotaris, los organizadores, los aficionados, están haciendo su labor, y ahí está el resultado. Hay margen de mejora en muchos aspectos, pero es una realidad que hay que mostrar fuera del entorno del Jai Alai.
No hay duda. El público quiere ver cesta-punta.