La clase de Olazabal y el trabajo de Betelu, combinación que funciona

La pareja navarra disputará la final del Torneo DV el domingo en Zarautz El delantero sufre una contractura en el glúteo
J. LEZETA./Diario Vasco

Mikel Olazabal y Patxi Betelu velan armas para la final promesa del Torneo EL DIARIO VASCO que les enfrentará a Urdaniz y Díaz de Ulzurrun el domingo a las 11 de la mañana en el frontón Aritzbatalde de Zarautz. Los dos tienen 18 años y juegan en el club de Leitza pese a que ninguno es de esta localidad. Olazabal vive en Areso y Betelu, en Aldatz. Son dos pelotaris distintos, pero se complementan muy bien. Olazabal representa la clase, el remate de aire y cierta elegancia; Betelu aporta capacidad de lucha y transmite energía en cada una de sus acciones.

Olazabal, por cierto, convalece de «una contractura sufrida el martes. Estaba de espaldas a unos amigos que jugaban con un balón y uno de ellos me golpeó sin querer con la punta de la zapatilla en el glúteo. Al principio no le di importancia, pero tengo una contractura. Si me lo hago con una piedra de 100 kilos, pero con una zapatilla… Ahora mismo cojeo. De todas formas, espero estar en condiciones para el domingo. Quiero hacer un entrenamiento en Zarautz el jueves, día de la elección de material».

Olazabal iba a jugar ayer en Estella, precisamente con Betelu, pero tuvo que renunciar por la lesión. El zaguero de Aldatz acudió con Ibai Bengoetxea. «Hemos ganado», apunta Betelu. «Llevo varios días con la zurda tocada. Terminé justo la semifinal de Urretxu».

Mikel Olazabal está en la agenda de Aspe para el futuro e incluso ha entrenado con ellos en Eibar y en Larraintzar: «Tengo una relación con Aspe que contempla la posibilidad de debutar con ellos en un futuro. Me habían puesto unos entrenamientos en Errenteria, pero entre lesiones y partidos no he podido ir».

Ya se ha puesto a las órdenes de Javi Pérez, preparador físico de Aspe, para realizar un trabajo de base. Olazabal mide 1,85 metros y pesa 74 kilos, pocos para su estatura. «Me dicen que debo coger masa muscular, ganar algo de peso en músculo», señala el delantero de Areso. «En tres años, de los 14 a los 17, crecí 26 centímetros».

Tanto en Areso como en Aldatz, al igual que en Leitza, hay un gran ambiente de cara a la final. Amigos, familiares y seguidores de los dos planifican el viaje a Zarautz.