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Diario de Noticias
Al cartero de Alsasua siempre le gustó la pelota. Por eso, cuando en marzo de 1968 se creó la Sociedad Deportiva Alsasua, no lo dudó. Junto a Enrique Olmedillo heredó la sección que antes gestionaba la Peña Pelotazale y comenzó una carrera como técnico, juez y directivo que continúa hoy, 36 años y medio después, como el miembro más veterano de la Federación Navarra de Pelota.

Pablo López de Goicoechea sostiene entre sus dedos el carnet que le firmó Alfonso Echeverría en 1979 como profesor de la escuela de pelota de Alsasua con la que colaboraba Eskulari. «Con él podíamos entrar a los festivales de profesionales. Era una forma de reconocernos. No es que se pidiera, pero era un detalle. Ahora en cambio…». Un cuarto de siglo después, la pelota aficionada sobrevive sin el apoyo de las empresas, que hacen lo que han hecho siempre: organizar festivales, montar encuentros y contar beneficios. De los clubes tiran personas como Ignacio Echandi en Huarte; Martín Begino y Juanjo Atxa en Baztán; Luis Mari Retegi en Bera; Fermín Escudero en Irurtzun y muchos otros. «Son gente importante -reconoce Rafa Echeverría, de Asegarce- y cuando faltan se nota. En Tafalla, por ejemplo, desde que no se encarga Vicente Furtado viene incluso menos gente a los festivales que hacemos».

El carnet de Pablo López es el testigo de una época en la que la pelota era un espectáculo que sólo se disfrutaba en vivo. No había cámaras de televisión y sí más público en los frontones. «En Santo Domingo de la Calzada, por ejemplo, se llegaban a dar 120 festivales al año», explica Rafa Echeverría. En Alsasua florecía una escuela de mano en la que Martín Bengoetxea ejercía como profesor. «Habíamos comenzado con el club en marzo de 1968, y aquel verano organizamos el primer torneo Santo Cristo de Otadia», explica Pablo López, que años más tarde sucedió a Josetxo Yeregui como delegado de zona de la Federación Navarra de Pelota. «Aquello fue con José Mari Careaga y ya con Jesús Reclusa entré como directivo. Junto a Guillermo Mazo me encargaba de la mano. Aprendí mucho con él: del material, de cómo cuidarlo… Fue un maestro».

El Memorial que ahora lleva el nombre de Guillermo Mazo, el Cuatro y Medio juvenil, es la prueba preferida de Pablo López. «Es la más bonita. Me gusta el cuatro y medio, me parece un gran entrenamiento para los chavales. Y me gusta trabajar con los juveniles, ver sus progresos, su promoción. Estos días, por ejemplo he estado en las dos semifinales del Torneo DV y he disfrutado».

En la federación Pablo López integra ahora la comisión de mano de la Federación Navarra de Pelota. La Sociedad Deportiva Alsasua, su club, no funciona como escuela. De esta labor se encarga el Ayuntamiento de Alsasua junto a Pilotajauku. «Nosotros tenemos a una pareja de juveniles y a unos cuantos de mayores», dice Pablo López. Floren Ayestarán es el responsable de los entrenamientos y Pablo López, que también busca encuentros para sus aficionados, se vuelca más en la junta de Miguel Pozueta. «Lo esencial de la pelota no ha cambiado en todos estos años. Antes la llevábamos en plan de compañeros y ahora hay una mayor tecnificación. Nos exigimos más y tenemos que seguir haciéndolo. Desde los chavales hasta a los monitores. Y hay que hacer hincapié en la educación. Que el pelotari sepa comportarse luego en la cancha», explica Pablo López, al que algunos ven como un técnico de la vieja escuela. «Es posible», reconoce. «Soy de los que cree que las cosas salen mejor cuando salen de dentro, cuando no se cobra por ellas».

Jubilarse En 36 años siguiendo de cerca el campo aficionado, Pablo López ha visto cómo pasaban ante él casi todos los que ahora son figuras. Y de todos, se queda con Rubén Beloki. En ningún otro chaval adivinó el porvenir espléndido que ya mostraba el burladés con apenas 12 ó 13 años. «Lo vi jugando una vez con Maite Ruiz, en un partido por parejas de infantiles. Y ya me llamó la atención la manera de soltar los brazos, el saber estar en el frontón».

Beloki fue a comienzos de los 90 el diamante del que presumía la mano aficionada navarra, que sigue dominando en todas las categorías. «La final de promesas del DV es íntegramente navarra. No sé por qué hay este dominio. Yo creo que es por la casta, por el carácter de los navarros. Es algo que se lleva dentro», dice.

-¿Y el trabajo de los clubes?

– También, también. Eso está claro. Si no, la pelota no funcionaría.

A los 62 años, Pablo López se ha jubilado de su empleo como cartero y está a punto de traspasar la librería que regenta junto a su mujer. También ha pensado varias veces en dejar la pelota -«la última hace sólo unos meses»- pero de momento se mantiene fiel a un deporte que, según Jon Oiartzun, gerente de la federación, conoce como pocos. «Es una enciclopedia».

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