La noche más larga del campeón

Martínez de Irujo cenó en una sidrería de Pamplona con un centenar de amigos y familiares y la fiesta siguió en Etxauri hasta altas horas de la madrugada

Enrique Echevarren/Diario Vasco

Juan Martínez de Irujo vivió el domingo una de las noches más largas y felices de su vida. La txapela del pelotari navarro sirvió como colofón a las fiestas de Etxauri, localidad cercana a Ibero, de donde es natural Irujo, y que ayer concluyeron. El nuevo y flamante campeón del Manomanista abandonó el frontón donostiarra con la txapela en la mano pasadas las nueve y media de la noche, no sin antes fotografiarse con todo aquel que se lo pidiera. Cincuenta minutos antes había acabado de pasar el control antidopaje, con algún problemilla que otro a la hora de miccionar.

Martínez de Irujo llegó a Pamplona sobre las once de la noche. Se reunió con un centenar de amigos y familiares en la sidrería Larruna en una cena en la que se desbordó la alegría. El menú no fue el típico de sidrería. Los comensales degustaron jamón serrano, ensaladas y pimientos rellenos como entrantes. Y después chuletón de viejo a la parrilla. Todo ello regado de sidra, vino y cava. La velada se alargó hasta las tres de la madrugada. Parte de culpa la tuvo el mariachi Diego Quevedo, quien con sus rancheras calentó aún más un ambiente en el que todos participaron activamente, entre ellos varios pelotaris -Ismael Chafee, Fernando Goñi, Abel Barriola- que integran el grupo de entrenamiento de Huarte, del que también forma parte Irujo.

A rematar la fiesta
Los más valientes, entre ellos el pelotari, decidieron acudir a Etxauri para rematar la fiesta, pero a esas horas se encontraron con un pueblo fantasma. Las calles estaban vacías. Ni un alma, de ahí que buscarán refugio en el bar del frontón, de donde no salieron hasta ya bien entrada la madrugada.

Juan no durmió mucho. El primer periodista le llamó por teléfono a las nueve de la mañana. Pensó que era una broma… Al mediodía tenía concertada una entrevista con Euskal Telebista. «Ahora mismo no me acuerdo de nada de la final», dijo. ¿Mucha juerga? le preguntaron. «La justa», respondió. Concedió al menos un par de entrevistas más y tras almorzar se desplazó a Pamplona para despedirse de sus compañeros y profesores del Euskaltegi Iruñezar, donde estudia euskera, quienes estuvieron en el Atano III animándole desde las gradas, con pancarta incluida, y también en la cena.

Martínez de Irujo se va hoy de vacaciones al Caribe junto con su novia, Gemma. «Llevo un año loco y necesito una semana de descanso», proclama. Saldrá a primera hora de la mañana desde Ibero en su coche particular rumbo a Madrid. El vuelo a la República Dominicana, el destino elegido para sus vacaciones -un hotel de cinco estrellas de Punta Cana-, parte desde el aeropuerto de Barajas a las tres de la tarde. «Le recomendaría que se tomase un par de botellitas pequeñas de vino o de cava para conciliar el sueño y para que el viaje no le se le haga tan largo», afirma José María Urrutia, médico de los pelotaris de Aspe.

Martínez de Irujo no regresa hasta el día 23, por lo que su participación en el festival que Aspe celebrará el día de San Juan en el Astelena, con motivo del centenario de la fundación del frontón eibarrés, es seria duda.

© Pelota Vasca - Manista. Diseño: iLUNE