Joseba Lezeta / Diario Vasco
Juan Martínez de Irujo es el otro damnificado del aplazamiento de la final manomanista. El de Ibero está ansioso por jugar la final y poner punto final a una temporada de competiciones que se le está alargando más de lo deseado. Quiere irse de vacaciones con la txapela.
-¿Dónde se enteró de que se suspendía la elección de material?
-La noticia me ha cogido con la bolsa en la mano, en la puerta de casa. Eran las diez menos veinte o las diez menos cuarto de la mañana y estaba preparado para salir hacia Donostia.
-¿Cómo ha recibido la noticia del aplazamiento?
-Cuando me han dicho que se suspendía la elección de material todavía no era seguro el aplazamiento de la final. Me lo han comunicado por la tarde. Para mí es una faena, pero la gastroenteritis podía haberme atacado a mí. Qué se va a hacer… Hay que aceptar la decisión y pensar ya en la final del día 13.
-Siete días más de nerviosismo.
-Estoy a mil por hora. Los nervios son algo propio de una final. Quizá le hayan podido afectar al propio Xala.
-¿Qué plan de entrenamiento seguirá en los próximos días?
-Desde que jugué contra Olaizola II en el Ogueta de Vitoria, el 9 de mayo, no he jugado mano a mano porque se suspendió mi encuentro contra Eugi. Ante la perspectiva de que no iba a jugar durante un mes, optamos por disputar un partido de parejas en el Labrit, el 15 de mayo. Tengo que hablar con Etxaniz para decidir cuántos entrenamientos de frontón y cuándo los haré. Pueden ser uno o dos. Tampoco debo arriesgar a tan pocos días de la final.
-¿Mantiene su estado de forma?
-Cuesta mantener esa chispa, pero voy a tratar de conservarla en esta semana de más.