Titín, Aimar Olaizola y Zearra, protagonistas del verano
Martínez de Irujo, Patxi Ruiz y Xala no han pisado ninguna final de los torneos estivales
Terminó San Mateo y se acabó el verano. Con la feria del bocadillo han concluido casi tres meses de actividad incansable en docenas de pueblos y frontones, y en los que los protagonistas han sido casi siempre los mismos. Titín y Aimar Olaizola han marcado diferencias insalvables en los primeros cuadros y apenas han concedido opciones al resto. Atrás, Oier Zearra se asomó a cuatro de las seis ferias, convirtiéndose en el especialista más regular del estío.
«La gente tal vez hubiera agradecido ver caras distintas. La variedad siempre ayuda a que el espectáculo mejore», explica Roberto García Ariño, técnico de Asegarce y una de las personas que más partidos ha presenciado. El ex pelotari de Axpe se queda, como casi todos, con lo que han enseñado Olaizola II y Zearra. «Aimar destaca en nuestro cuadro. En la última feria quedó eliminado por su hermano, pero en general ha estado por encima del resto. Zearra ni es espectacular ni rompe, pero rinde muchísimo. Es un zaguero tipo Fernando Goñi», dice.
A estos tres pelotaris les acompañan, además del juego, los resultados. Fernando Goñi, campeón por parejas, promedia un 60% de triunfos en lo que va de año, con 16 triunfos y 10 derrotas en estos tres meses. Zearra y Aimar Olaizola, por su parte, se acercan al 70% de victorias en 2005, una cifra que muy pocos igualan y de la que se quedan muy lejos figuras como Beloki (47%), Olaizola I (47,5%) Lasa (35%) o Patxi Ruiz (50%).
El zaguero estellés, uno de los más destacados en la primera mitad del año, ha pagado sus problemas de manos este verano. «Ha mejorado algo últimamente, y en San Mateo ha hecho algún partido bueno, pero aún no está con el juego de otras veces», explica García Ariño. Algo similar le ha ocurrido a Juan Martínez de Irujo, a quien su rotura en el meñique izquierdo parece haberle restado la confianza y la regularidad del año pasado.
Ambos volverán a ser protagonistas este invierno. Los técnicos confían en ellos y explican también que resulta «imposible» mantener un ritmo muy alto de juego todo el año. «Esto no es como el ciclismo, en que hay ciclos físicos y de preparación. Alguno lo intenta, pero este juego es una conjunción de manos, físico y moral. Y además está el talento, que eso se tiene o no se tiene».
El verano no ha registrado tampoco ninguna irrupción. Si acaso, los grandes detalles de Mendizabal II o la consagración de Eulate entre los estelaristas de Aspe. El espigado zaguero disputó la final del Ciudad de San Sebastián.