El vascofrancés confiesa que su botillero Laduche «ha sido el único que ha tenido fe en mí»Tino Rey / El Correo
Ya no hay excusas para el niño prodigio del trinkete. Xala se ha instalado en lo más alto de la modalidad de mano. Es el primer pelotari vascofrancés que se presenta en una final del Manomanista y le ha llegado la hora de la verdad. El domingo parte con los pronósticos en su contra (la cátedra tirará el dinero 100 a 400 euros a favor de Irujo).
-¿Cómo está?
-Bien de manos, de físico y con muchas ganas de jugar el partido del domingo.
-¿En su fuero interno alguna vez llegó a pensar en entrar en una final Manomanista?
-Nunca he creído en esa posibilidad porque yo sabía que era muy difícil ese objetivo. El único que ha tenido fe ha sido Pampi Laduche, mi botillero.
-¿Le ha pillado por sorpresa su fulgurante ascensión?
-Debo confesar que he sido uno de los grandes sorprendidos al respecto, aunque nadie me ha regalado nada.
-¿Cuántos años lleva participando en el Manomanista?
-Esta es la tercera edición.
-¿Qué le pasó en los anteriores campeonatos?
-El primer año me ganó Peñagarikano y el segundo Asier Olaizola.
-A la tercera ha sido la vencida.–
Así es, vengo desde la primera eliminatoria, jugando de menos a más y después de superar la liguilla de semifinales soy uno de los candidatos a la ‘txapela’.
-¿Presagia que puede ser campeón?
-No, no. El favorito es Irujo.
-Se muestra excesivamente desconfiado en sus manifestaciones.
-Soy realista, yo intentaré jugar todo lo que sé y ganar el partido, pero Martínez de Irujo ya me ganó en la liguilla de semifinales, en el frontón de Gernika (22-15).
-Tendrá a todos los pelotazales de Iparralde en ascuas.
-Están viviendo unos días apasionantes e intensos. Me dan muchos ánimos y todos quieren estar el próximo domingo en el Atano III.
-¿Cuántas entradas le ha proporcionado su empresa?
-Sólo doscientas, pero más de mil personas estaban dispuestos a desplazarse hasta San Sebastián para arroparme.
-Le supone algún peso añadido ser el primer finalista vascofrancés del Manomanista.
-Todo lo contrario. Para mí es un gran estímulo.
-¿Quién fue el que le inculcó el veneno de la pelota?
-Mi padre, que jugaba muy bien al trinkete y me animó a dejar los estudios por la pelota.
-¿De verdad abandonó los estudios por la pelota?
-Sí, dejé de estudiar por jugar a pelota.
-¿Siente algún remordimiento de conciencia?
-En estos momentos no me arrepiento de nada.
-Estará su padre que no cabe en el cuerpo de felicidad.
-Está loco de alegría.
-¿Quién fue el impulsor para que diera el salto al profesionalismo?
-Pampi Laduche, mi mejor amigo y asesor.
-¿Le resultó complicado adaptarse del trinkete a los frontones de pared izquierda?
-En el primer entrenamiento llegué a pensar que no valía para jugar con profesionales.
-¿Qué le pasó concretamente?
-La pelota siempre me venía al cuerpo y no sabía andar por la cancha.
–Entonces, ¿el reciclaje le ha resultado enrevesado?
-He sufrido mucho hasta adaptarme completamente y he tenido que meter cantidad de horas.
-¿Cuál fue su sueño pelotístico después de su debut?
-El poder enfrentarme contra Titín III en los cuadros delanteros.
-¿Hasta ese día ha tenido que esquivar muchas zancadillas?
-Todo el mundo se ha portado muy bien conmigo y siempre he tenido el apoyo de mi empresa.
-¿Nervioso ante el gran acontecimiento de su vida deportiva?
-Todavía no, pero según se vaya acercando el partido aumentarán la tensión y los nervios.
-Martínez de Irujo le derrotó en la liguilla de semifinales, ¿se volverá a repetir la historia?
-Espero que no. De aquella derrota aprendí varias cosas que nunca debo hacer si quiero ganar.
-¿Como cuáles?
-Que tengo que estar más centrado en la cancha y regalar menos pelotas que aquel día.
-¿Le obsesiona la ‘txapela’?
-De momento no. Lo único que me importa es hacer un buen partido.