La mitad de los sesenta pelotaris adscritos a las empresas Aspe y Asegarce provienen de la comunidad foral
Navarra reina en la mano profesional. Las estadísticas de las dos empresas preponderantes en la modalidad son reveladoras: de los sesenta pelotaris en activo, treinta de ellos han nacido en tierras navarras. Las diferencias son abismales. Guipúzcoa, con 11 representantes y Vizcaya, con ocho, le siguen muy de lejos. La Rioja tiene cuatro y, curiosamente, todos ellos militan en Aspe.
La pelota alavesa, que lleva lustros sumida en una fuerte depresión, sólo tiene a tres representantes: Pinedo, Nalda III y Arroyo II -dos en Asegarce y uno en la empresa eibarresa-. Frontones hay por doquier, desde Aramayona a Oión, pero la eclosión de pelotaris profesionales es casi nula.
La provincia de Burgos cuenta con un concurrente, se trata del zaguero de Quintanar de La Sierra Rai. El pelotari castellano tampoco atraviesa por un momento dulce de juego. Lleva inmerso en los teloneros desde hace dos temporadas.
El contrapunto exótico lo pone Fernando Medina, primer mexicano que debutó en el profesionalismo. Después de proclamarse campeón del mundo ‘amateur’ fue fichado por Asegarce. El azteca, con sólo 24 años, inauguró su palmarés con el título del Torneo del Cuatro y Medio de segunda categoría en 2002.
Curiosamente, Navarra estuvo ausente hasta los sesenta del siglo pasado de las carteleras pelotísticas. El primer profesional navarro fue Ezkurra, el zurdo de Santesteban, que jugó en segunda categoría. Más tarde tomó el relevo el mozo de Etxalar Marcelino Bergara, que se convirtió en uno de los delanteros estrellas de la modalidad.
El primer navarro campeón del Manomanista, fue Juan Ignacio Retegui, tío de Julián. El zurdo de Erasun logró conquistar seis ‘txapelas’. Luego fueron cayendo títulos a manos de Julián Lajos y Bengoetxea III entre otros, al mismo tiempo que la pelota pasaba a formar parte del deporte rey de los niños, jovenzuelos y mayores de la densa comunidad foral.
Efecto multiplicador
Sin embargo, el gran revulsivo para la Navarra pelotazale fue Julián Retegui. El ex leñador de Erasun inició en la década de los ochenta un camino ininterrumpido de gloria, con nueve ‘txapelas’ consecutivas. Aún conseguiría dos más (once en total) a una edad longeva y prohibitiva para cualquier otro pelotari.
El éxito de Julián Retegui produjo un efecto multiplicador en todos los ámbitos deportivos y sociales. La Federación Navarra se ve desbordada de licencias e irrumpen pelotaris como un hecho natural. Ha llegado nueva savia con los Beloki, Eugi, Barriola, Patxi Ruiz y Martinez de Irujo. Y detrás de ellos hay un gran ramillete de pelotaris dispuestos a recoger el testigo.
LA PROCEDENCIA
En Asegarce
Navarra: 15
Guipúzcoa: 6
Vizcaya: 6
Álava: 2
Burgos: 1
México: 1
En Aspe
Navarra: 15
Guipúzcoa: 5
La Rioja: 4
Vizcaya: 2
Vasco franceses: 2
Álava: 1