Leiza, tras vencer a Eugi, apunta que en el pueblo «me dicen que ya era hora de que ganara un partido importante»
Juan Luis Ibarretxe / Deia
IÑIGO LEIZA ya saborea su gran triunfo ante Eugi, uno de los grandes de la pelota, pero que el domingo cedió ante el lemoarra dentro del Cuatro y Medio. Apenas unas horas después de su victoria, el manista recibía a DEIA para hablar sobre sus sensaciones tras esta jornada de la “jaula”.
¿Qué tal duerme uno tras doblegar a Eugi?
Pues muy a gusto y muy contento.
¿Ya asimila lo logrado el domingo?
Sí, creo que ésta es la victoria más importante desde que debuté.
¿Qué pensó cuando se vio emparejado en el sorteo con el navarro?
Él había sido uno de mis ídolos y sabía que iba a ser un partido duro, pero me hacía mucha ilusión jugar contra él.
¿Sentía antes del partido que Eugi era un rival batible?
Veía que tenía opciones y, dado el momento en el que estaba él, que no se encontraba al cien por cien, pensaba que podía ganarle.
¿Cómo vio a su rival?
De zurda no andaba muy bien y le faltaba ritmo de competición.
En Altsasu, su botillero fue Retegi.
Sí, ha sido mi ídolo de toda la vida y me hacía ilusión que estuviera en la silla. Me ayudó mucho y parte de la culpa de que llegara al cartón 22 es suya.
¿A quién dedica la victoria?
A mi preparador físico, José Barandaya, que siempre me ha estado animando, y a mi familia.
El siguiente escollo es Xala.
Sí, con Titín, Olaizola II y Nagore, él es uno de los que va a estar ahí arriba.
¿Esta noche ha soñado con que le ganaba?
No, no he soñado con nada.
¿Existe algún secreto para derrotar a Yves?
Aún no sé ni qué táctica emplearé, es un manista completo, el que más espectáculo ha dado a lo largo del verano, y será muy complicado ganarle.
¿Desearía que su eliminatoria ante Xala se disputase en el frontón de Lemoa?
No, prefiero no jugar aquí para no ponerme más nervioso todavía.
¿Cómo ve la pelota en este pueblo?
Hubo una temporada en la que no había muchos niños, pero ahora hay bastantes. No sé si será porque nos ven a Galarza y a mí en la tele, pero es así.
Usted se formó en Lemoa con el difunto Txutxin. En parte, usted ha llegado hasta aquí gracias a él.
Sí, está claro. Desde pequeño fue nuestro entrenador y es el que más nos ha enseñado.
¿Qué le comentan sus paisanos después de derrotar a Eugi?
Me dicen que ya era hora de que ganara un partido importante. Cada vez que salía en la televisión perdía, pero ahora ya están contentos.
¿Cómo lleva lo de las entrevistas?
No me gusta mucho porque soy tímido, pero esto entra dentro del deporte y hay que atender a la prensa.
¿La victoria del domingo es el colofón a un gran verano?
Antes también andaba bien y luego me concedieron oportunidades, pero no he dado todo lo que tengo y soy capaz de jugar más. Muchas veces, la presión y los nervios me han podido.
¿Ha cambiado algo su vida ahora que está ahí arriba?
Qué va, qué va, no ha cambiado en nada, soy el mismo que el día de mi debut.
¿Le gustaría disputar el próximo Manomanista de Primera?
Prefiero competir en el de Segunda, intentar ganarlo y, si lo consigo, jugar el de Primera.
Aparte de la pelota, ha practicado algún otro deporte.
No, entrené un día a fútbol, pero estaba lloviendo y no volví. Eso era muy duro y en el frontón, que está tapado, se está mejor.