Javier Hernández / Diario de Navarra
Los dos han estado a su lado en la escuela pelotazale de Irurzun, un terreno que Escudero ha hecho fértil gracias a muchas horas de esfuerzo y dedicación. En cualquier caso el interesado ya avisa de que su corazón no estará partido. «Si me siento en la silla de botillero de Chafée es para tratar de ayudar a Ismael. Lo sentiré por Jorge pero en esta ocasión es contrario. Por otro lado no existen secretos entre ellos. Han entrenado y entrenan juntos y se conocen a la perfección. En este partido está todo inventado».
Fermín Escudero Armendáriz nació en Yábar el 30 de enero de 1950. Está casado con Mª Olga Jiménez con la que tiene dos hijos: Héctor e Igor. Jubilado, dirige la Escuela de Pelota de Irurzun desde hace 14 años. Escudero pasó ayer el día en Lekeitio, con su mujer. Ha digerido el segundo éxito de su pupilo en este Cuatro y Medio, con naturalidad. «Estoy más contento que el propio Chafée pero reconozco que en la silla se pasa muy mal».
-¿Qué conclusiones ha sacado?
-Tengo grabado el partido y lo repasaré con tranquilidad. Pero creo que Ismael se mereció la victoria y esa diferencia. Salimos muy convencidos de que podíamos ganar. Al principio esperamos un poco. Sabíamos que Irujo podía arriesgar demasiado y tenía el peligro de que se precipitara. Ismael trató de sujetar. Tardó un poco en meterse en el partido. Pero conseguimos que el encuentro se alargara. La consigna era correr hasta el último aliento. Ocurre con Irujo que nunca sabes cómo va a jugar, si va a golpear profundo, si ensaya un gancho, o se mete adelante o te corta. Por eso Ismael anduvo un poco a la expectativa. Yo tenía esperanzas de que iba a ganar como las tuve cuando se enfrentó a Asier Olaizola. Si no las llego a tener no me siento en la silla. Cuando piensas en hacer diez tantos normalmente te quedas en dos.
-Dos campanadas. ¿Puede llegar la tercera frente al campeón de la distancia?
-¿Y por qué no? Ismael le puede ganar a Nagore. Está jugando únicamente al sesenta por ciento de lo que puede. Frente a Olaizola no rindió a tope y frente a Irujo, tampoco. El día que se le vea al completo, la gente se sorprenderá de lo que puede jugar. Físicamente es un portento de pelotari. Le gusta entrenarse, le gusta machacarse físicamente. No hay ni un solo día que no se prepare.
-¿Qué le falta técnicamente?
-Debe mejorar el golpe de derecha. A la pelota le suelta con mucha velocidad pero le falta un poco de control. La zurda la tiene muy buena. Y es variado a la hora de rematar con el gancho y la volea. A mí me parece completo.
-¿Cuál es su futuro?
-Está en la buena línea. Pero le tienen que dar más oportunidades. Lleva un año y medio jugando francamente bien. Y debía estar más arriba. Ganó el Campeonato de 2ª y a continuación le pusieron un tercer partido. Hay que ayudarle un poco más. Estaba muy poco ilusionado. Estas victorias le habrán dado confianza. Se la merece. La empresa tiene que seguir creyendo en él.
-¿Cuándo conoce Fermín Escudero a Chafée?
-Hace catorce años. Estuvo una temporada viviendo en Muguiro. Entrenaba con el difunto Guillermo Mazo. Luego llegó a Irurtzun y empezó enseguida en la Escuela. Fue subiendo día a día y destacó en todas las categorías, hasta que dio el salto al profesionalismo. En ese terreno comenzó a caminar más despacio. Tenía la desventaja de que, como aficionado, apenas había jugador por parejas. Siempre actuaba en mano individual y le faltaba un poco. Pero en los últimos meses se han comenzado a ver sus posibilidades. Debe seguir yendo hacia arriba a nada que se le den encuentros de más responsabilidad.
-¿Qué tiene previsto para el sábado en el Labrit?
-Nada especial. Chafée conoce a Nagore y Nagore a Chafée. Será un encuentro un poco especial y con una presión distinta. Pero el chaval está ilusionado. Y lo único que pretendo es que pueda sacar adelante todo el juego que tiene dentro. A partir de ahí que gane el mejor.