Asier y Aimar, dos de los pelotaris más destacados de Asegarce, se preparan para el segundo asalto de su duelo fratricida en el Parejas | El menor de los hermanos, con los antecedentes a su favor
P. A. / La Estafeta de Navarra
La familia Olaizola Apezetxea, de Goizueta, vive por unos días dividida. Los hermanos Asier y Aimar, dos de los pelotaris más destacados del panorama profesional, se encuentran en pleno enfrentamiento deportivo: los cuartos de final del Campeonato de Mano Parejas. El primer asalto, resuelto el domingo pasado, fue para el hermano mayor, Asier (29 años), después de vencer junto al vizcaíno Oier Zearra por 22-16. El próximo sábado se disputará el segundo partido en la localidad guipuzcoana de Idiazabal (donde ayer tuvo lugar la elección de material). Si Olaizola I-Zearra suman su segundo punto, pasarán a semifinales.
«Ganamos el primer partido, pero sé que volver a conseguirlo va ser muy difícil. Mi hermano y Otxandorena siguen siendo una de las parejas favoritas», asegura Asier Olaizola. Aunque pueda parecer que se viste la piel de cordero, el delantero de Goizueta es realista, porque sabe bien lo complicado que resulta sorprenderle a su hermano: se ha enfrentado a él en 18 partidos por parejas, y tan sólo le ha derrotado en siete (en su consuelo hay otro dato: están empatados en triunfos en partidos de campeonato: dos y dos).
Frontón atípico. Olaizola I apunta un factor en su contra: el frontón de Idiazabal, un escenario atípico para encuentros de campeonato y que no favorece a su tipo de juego –tantos peloteados y juego en largo–. «El primer partido lo jugamos en el Astelena, que tiene un frontis muy rápido y que nos va muy bien tanto a Oier como a mí. Esta cancha es muy diferente, pienso que aquí cambiarán las cosas», dice Asier. Además, el material separado ayer –103,4, 104,3 y 103,8 gramos las de Olaizola I-Zearra y 107, 107 y 106,9 las de Olaizola II-Otxandorena– es a su juicio «bastante bajo»; costará llevarlo hasta el rebote en una cancha como la de Idiazabal, de once cuadros.
Su hermano Aimar tiene claro cómo debe jugar para empatar la eliminatoria. «Espero que pueda entrar más de aire, aunque será difícil coger pelota contra esta pareja. El otro día, me tuvieron muchos tantos fuera del peloteo», recuerda el goizuetarra, que recalca la dificultad del choque. «Ellos están muy bien. Para muchos, nosotros éramos los favóritos de la eliminatoria, pero imagino que eso habrá cambiado, porque nos ganaron con claridad… aunque todavía tenemos opciones», apunta.
El pequeño de los Olaizola (25 años) resta importancia al hecho de que sea un duelo fratricida, «antes siempre decíamos que no nos gustaba jugar en contra, pero ahora ya estamos acostumbrados», dice, aunque reconoce que éste será un partido un poco distinto: «Todos los que he jugado contra él han sido complicados, pero éste lo será especialmente: si perdemos, nos quedamos fuera del campeonato».
Rivalidad sana. El choque de estilos está servido: juego en largo frente a remate, dos formas de entender la pelota en las que, posiblemente, los Olaizola sean los mayores especialistas. «Aimar es un rematador nato, uno de los mejores que hay en este momento», indica el hermano mayor. «Asier ha cogido mucho juego y está con confianza. En todos los campeonatos que juega sale a tope, y en éste está muy bien», destaca el pequeño, en alusión a su gran rendimiento en el Campeonato por Parejas (Asier logró la txapela en 1999 y 2001; él no la ha ganado todavía).
A pesar de haberse enfrentado en muchas ocasiones, los Olaizola dicen que siempre han llevado bien su rivalidad. «Nunca ha habido piques… sólo en plan sano. La verdad es que a mí me hizo mucha ilusión que debutara en profesionales, y ahora encima se ha convertido en el mejor delantero», dice Olaizola I. «Siempre ayuda tener un hermano cuatro años mayor que está jugando arriba, ha sido una referencia muy buena», apunta Aimar, que saca una lectura positiva a su enfrentamiento. «El pueblo está dividido, aunque ya se ha acostumbrado. Lo bueno es que uno u otro, alguno pasaremos a semifinales», concluye.