Para empezar, dureza

Olaizola II-Otxandorena se impusieron ayer a Martínez de Irujo-Goñi III en Tolosa

JAVIER HERNÁNDEZ / Diario de Navarra

Se trataba del estreno y esta liguilla inicial del Campeonato de Parejas es simbólica. Pero los protagonistas arrancaron ayer en el Beotíbar sin el freno de mano echado. Vencieron los teóricamente favoritos Olaizola II-Otxandorena a Irujo y Goñi III. Pero el margen fue estrecho (22-19) y exigió a todos un esfuerzo que por momentos pareció descomunal. Hubieron de cruzarse más de novecientos pelotazos antes de una decisión final que se estiró a más de hora y media de refriega. Imperó la dureza. Cuando la competición toca a rebato parece que los protagonistas ordenan de distinta manera la cabeza y las propias intenciones. No existió ni un minuto de respiro.

Mandaron de manera sistemática en el marcador los representantes de Asegarce. Pero a base de madurar el pelotazo y de seleccionar el remate. En todos los casos, las diferencias fueron estrechas. Comenzaron los triunfadores con un 7-0 y un 8-1 que únicamente sirvieron para el dato de la estadística. Los rezagados no se entregaron nunca y machacaron todas sus opciones. Se acercaron a un 6-9 y un 7-10 . Y solventaron un 8-13 y un 10-14 con aproximaciones de 15-17, 16-18, 17-19 y 18-20. Nadie entregaba la cuchara y fue Aimar Olaizola quien acabaría resolviendo en el último tramo.

La llave de Aimar

El mayor valor que tuvo la pelea fue su propia consistencia. Nadie entregó la cuchara. Atrás hubo seguridad. Y adelante Aimar se lució en el remate, con catorce tantos acabados pero mal compensados con siete fallos (seis de ellos en ataque) que no entran en su habitual guión de juego. Juan Martínez de Irujo también se equivocó en cuatro ocasiones y erró en otras cuatro. El de Ibero asumió menos riesgos de los esperados. Se lo pensó dos veces a la hora de terminar. Maduró el pelotazo y seleccionó con mucho más rigor que en ocasiones habituales. Y Otxandorena fue de menos a más.

La llave la volvió a tener Aimar Olaizola que fue el más completo y acertado del cuarteto fundamentalmente en la segunda parte del compromiso. Lo malo es que la refriega ya ha comenzado a avisar. El de Goizueta acabó muy justo de manos y tendrá que recuperar una derecha en la que se le clavó una pelota. Tiene margen hasta el sábado que viene. Pero los esfuerzos no perdonan y el de ayer fue grande.

El festival del Beotíbar se abrió con la victoria (22-20) de Esáin-Peñagarikano sobre Koka y Pinedo.

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