Los graves errores de los jueces y los juramentos y gestos de ira de los pelotaris están empañando la buena imagen de la pelota
TINO REY/El Correo
Lo que viene aconteciendo últimamente en los frontones de mano no está resultando nada edificante para el prestigio de la pelota. Las errores de los jueces, que algún día van a provocar un grave altercado con sus erróneas decisiones, así como los gestos y ‘tacos’ de los pelotaris, han disparado las alarmas entre las empresas y los pelotazales, que cada día están más rebotados.
El pasado 20 de octubre este periódico adelantó que las empresas de pelota barajaban la posibilidad de crear un órgano propio de jueces. Había intranquilidad por los reiterados fallos cometidos por estos hombres a la hora de aplicar el reglamento. Y es que no hay partido sin que se produzca un importante desliz. Desde la Federación de Euskadi, sin embargo, negaron la mayor y aseguraron que no habían recibido quejas por parte de las empresas. Los problemas,dijeron, no afectaban al País Vasco sino a Navarra y La Rioja.
La realidad, sin embargo, desmiente el diagnóstico de la Federación de Euskadi. En los frontones guipuzcoanos, por ejemplo, los jueces están en entredicho debido a una serie de resoluciones «inaceptables», en opinión del corredor de apuestas José Luis Arrarte. En el Astelena no hay día sin polémica y en los corrillos pelotazales las críticas son cada día mayores. Se acusa a los jueces, por ejemplo, de no tener un criterio definido en temas tan claros como las estorbadas. Lo que para uno es repetición del tanto, para otro no lo es.
Otra acusación extendida es que cada día diferencian peor una volea agarrada de otra limpia. En descargo de los jueces hay que recordar que el tema del ‘atxiki’ es una controversia permanente en los frontones. Lo que no debería ser objeto de discusión -y lo es- son los segundos botes y las pelotas que tocan la raya de la pared izquierda. Se trata de dos jugadas cuyo dictamen es una simple cuestión de vista. Pues bien, los jueces las han convertido en un galimatías. «Hay un cabreo generalizado», subraya Arrarte.
Cabreo de Beloki
El colmo de los dislates se produjo el pasado lunes en Urretxu. Jugaban Olaizola II y Errasti contra Bengoetxea VI y Beloki. Cuando el marcador registraba un apretadísimo 20-21 favorable a los segundos, el juez dio por buena una pelota que el II de la saga de los Olaizola levantó al segundo bote. Anteriormente también dejó de sancionar esta misma jugada. El partido, por tanto, debería haber terminado 22-20 a favor de Bengoetxea VI y Beloki. Por el contrario, los que acabaron por llevarse el gato al agua fueron Aimar Olaizola y Jokin Errasti. Claramente perjudicado, Beloki tuvo una reacción desproporcionada ante el monumental error del juez. Abandonó la cancha iracundo y se negó a continuar el encuentro. Si volvió fue porque se lo exigió el intendente de su empresa.
Dejando a un lado a los jueces, otro tema que preocupa a las empresase es el comportamiento de los pelotaris en el transcurso de los partidos; en concreto, sus constantes gestos exagerados de ira y sus ‘tacos’ cada vez que fallan un tanto. Pero mucho peor que los tacos son los juramentos que vierten sobre los oídos de los pelotazales. Algunos pelotaris en cuestión ya han sido apercibidos de sus desmanes verbales. Bien es verdad que todos no tienen la misma conducta. Un ejemplo a seguir es el de los vascos-franceses, Xala y González, cuya educación en la cancha sobresale muy por encima de la de sus colegas.