Estos días estoy pasando la resaca de la final del Paejas en Lisboa. Motivos profesionales me tienen retenido en la capital portuguesa. Su temperatura primaveral palía algo la añoranza de Pamplona y la frenética actividad pelotística. A la vuelta, antes de las vaciones de Semana Santa, ultimaré la revista electrónica PELOTAZALE que en este número de abril vendrá muy jugosa.
Ya de regreso a casa me espera el Manomanista 2009 en pleno apogeo. A disfrutar de la pelota.