«Se nos han lesionado tres pelotaris en un mismo festival y eso no es algo habitual» Iñigo Simón

Seis pelotaris de Asegarce han caído en tan solo quince días
ENRIQUE ECHAVARREN / Diario Vasco

«Espero que Aimar esté listo para jugar el cuatro y medio»
-¿Tiene alguna explicación la plaga de lesiones que asola al cuadro profesional de Asegarce?

-Es algo casual. Llevo casi siete años en la empresa y hasta ahora todo iba bien, pero en quince días las lesiones se han multiplicado. La mayoría son musculares en vez de ser de manos. No tiene una explicación lógica.

-¿Las lesiones no se deben a la acumulación de partidos en verano?

-Estadísticamente está demostrado que no. En verano desciende la actividad física de los pelotaris, el número de lesiones es parecido al del año pasado y el número de partidos que han jugado es casi el mismo. Llevábamos todo el verano prácticamente sin lesiones y ahora han venido todas juntas. Incluso se nos lesionaron tres pelotaris en un mismo festival, eso no es algo habitual.

-¿Les ha mirado un tuerto?

-Algo así ha tenido que ser porque no es normal lo que estamos sufriendo. La última lesión ha sido la de Aimar Olaizola.

-¿El pelotari realmente se cuida?

-Sí y las pruebas lo demuestran. No ha habido apenas variaciones entre los porcentajes de grasa y el peso que se tomaron antes del verano y los que se han hecho ahora en Deba.

-¿Son reacios a suspender un partido por lesión?

-Lo que no quieren hacer nunca es el ridículo. Valoran mucho el hecho de quedarse en seis o siete tantos, que el público les pite aún sabiendo que están lesionados.

-¿Ha habido pelotaris que han escondido una lesión para jugar?

-Sí, los ha habido. Sobre todo en algún torneo importante, pero es muy esporádico. Normalmente, si un pelotari no se ve en condiciones no juega. Primero por el temor a lesionarse más y segundo por la presión del público, de la prensa.

-¿Son constantes en la recuperación de una lesión?

-Las cosas han cambiado mucho. Al pelotari siempre le interesa recuperarse cuanto antes, pero no sé si era por la historia o por qué, tendían a hacer un tipo de rehabilitación que, médicamente, no era la más adecuada. Había quien acudía a brujos, curanderos, para intentar curar las manos. Y luego decían que con eso les bastaba.

-Antes cada uno tenía un masajista y un preparador físico propio.

-Nos ha costado bastante cambiar esos hábitos, pero ahora ya están acostumbrados al tener todo centralizado en el Ogueta de Vitoria.

-Además de médico, también ha tenido que hacer de psicólogo en más de una ocasión.

-Hoy en día hay mucha distancia entre los pelotaris y las empresas, en todos los aspectos. Lo primero que debe hacer un médico es ganarse la confianza de su paciente, en este caso un pelotari. Te cuentan muchas cosas que no se atreven a hacerlo con otras personas.

-¿Se arrepiente de haber entrado en el mundo de la pelota?

-No. Es un mundo muy diferente al que he vivido antes con el baloncesto o el ciclismo. La gente piensa que los pelotaris no trabajan lo suficiente, que sólo se esfuerzan hora y media, pero no es así. Quizás sí tengan que estar más pendientes de sus manos, trabajarlas un poco más. La pelota es un mundo ancestral y los cambios han de hacerse poco a poco

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