Beloki bromeó en la elección de material del Labrit para el duelo ante Goñi III. El zaguero de Zubiri separó una pelota de 102 gramos, el límite reglamentario
ENRIQUE ECHAVARREN/Diario Vasco
Rubén Beloki no pudo disputar el año pasado el Manomanista al romperse el codo en las semifinales del Parejas y no está muy de acuerdo con la decisión de su empresa de rebajarle de golpe dos escalones en ranking, de ahí que tenga que jugar el sábado en el Labrit la eliminatoria de dieciseisavos ante Fernando Goñi. El zaguero de Burlada prefiere tomárselo a broma antes que mostrar abiertamente su enfado. «Me sorprendió bastante porque en 2004 era cabeza de serie y, en teoría, mi incomparecencia contaba como un partido perdido. Imaginaba que descendería un puesto, pero no dos. Me llevé un buen palo. Si pierdo esta eliminatoria me veo el año que viene jugando en Segunda», dice entre risas.
Rubén Beloki apenas si ha tenido tiempo para preparar el Manomanista. «Este año he entrenado menos que nunca, apenas si he hecho un par de sesiones. Acabé con la mano justa del Parejas y descansé una semana. No sé como estoy. Creo que no estoy mal porque he hecho un buen Campeonato de Parejas y he jugado a gusto. A los zagueros nos cuesta mucho jugar mano a mano, ejecutar el saque, la movilidad».
Los miedos del debut
Y tiene los miedos lógicos del debut. «A Fernando le vi bien ante Peñagarikano, en su línea. Le ganó por oficio y veteranía. Nunca ha sido un manomanista explosivo. Al contrario, es un pelotari trabajador, luchador». Fernando Goñi también los compartió hace una semana. «Estás ante la duda de que no sabes cómo vas a estar. Te encuentras solo en el frontón, con esa tensión…».
El zaguero de Zubiri reconoce que la eliminatoria está «muy complicada porque Rubén hoy en día es uno de los mejores manomanistas y yo nunca he hecho nada en el mano a mano. Él es claro favorito y siempre es bonito enfrentarte a uno de los grandes. Intentaré que sufra un poco, que pase un mal rato».
A Fernando Goñi no le quedaron buenas sensaciones de la eliminatoria anterior. «Salí demasiado relajado, a verlas venir, me faltaba un poco de tensión. A base de sufrimiento lo saqué adelante. Creo que puedo jugar mejor. Ahora ya he probado lo que es el mano a mano y saldré más metido en el partido. El mano a mano es muy exigente, requiere una preparación específica y yo sólo he podido realizar un par de entrenamientos, jugando a parejas. Hay que ser realistas y ser conscientes de que es muy complicado».
Con el material no hubo tantas flores. Fernando Goñi fue el primero en elegir, acompañado de Jokin Etxaniz. Escogió la primera pelota en un abrir y cerrar de ojos. «Me entraba muy bien en la mano y disfrutaba cuando le golpeaba», dijo. La segunda ya le costó más por buscar una pelota «con características diferentes». Ambas son de cuero normal y dieron en la báscula 103,8 y 102 gramos, el límite que marca el reglamento. Goñi III no le dio excesiva importancia a este dato. «Nunca miro los pesos de las pelotas», afirmó.
Rubén Beloki comenzó a separar su material once minutos después que su rival, con la supervisión de Oinatz Bengoetxea y bajo la atenta mirada de Roberto García Ariño, intendente de Asegarce. Tardaron tres minutos menos en seleccionar otras dos pelotas de cuero normal, que pesaron 103,6 y 103,9 gramos. «Me parece un buen material el de los dos, incluso hay alguna pelota muy parecida. Creo que no es exagerado para este frontón. Separé pelota con salida de frontis para tenerle atrás a Fernando durante el partido. Son más fuertes que las suyas».
Goñi III tenía miedo a que Beloki escogiese del cestaño una pelota que, a su juicio, era demasiado viva para el Labrit. Rubén pronto le sacó de dudas. «He dejado en el cesto una que era más viva que las que he cogido. Había una que era excesivamente botona».