Sigue siendo el REY

Foto: Maialen Andrés

«Quería despedirme como soy» cantando y Koteto Ezkurra se despidió emulando a Jose Alfredo Jimenez y su inolvidable ‘El Rey’ y el ya clásico final ‘Sigo siendo el rey’. Y demostró que es el verdadero monarca del remonte. Una corona para toda la vida. Y tuvo una despedida inmejorable y que envidiarían muchos reyes.

Había que estar en Galarreta, era un día histórico y la gente no se lo quiso perder. El frontón Galarreta estaba lleno a rebosar, más de 1.200 personas daban un calor y una imagen inmejorable para despedir a Koteto Ezkurra. Todo salió a la perfección y hubo momentos emocionantes, divertidos, hermosos, brillantes, artísticos…todo en consonancia con la persona y el deportista al que se rendía pleitesía, la misma que le hizo Zeberio, cuando hacía el último tanto para ganar 35-40, junto a Ion, ante Ezkurra y Etxeberria III.

Pero el marcador era lo de menos, fue un partido de una hora exacta donde al igual que en su debut no pudo ganar. La afición se lo pasó en grande y las lágrimas asomaban una y otra vez en los ojos de mucha gente. Ezkurra tuvo la última dedicatoria para «esos abueletes» que le han visto crecer como pelotari, como persona y han seguido su carrera de 28 años en Galarreta, «su casa» como reconocía.

La música ya comenzó a sonar desde las 3 de la tarde y tras el término del primer partido comenzaron los agasajos. Salió a la cancha con sus compañeros de partido bajo el arco que le realizaron con las cestas más de 50 remontistas que han compartido cancha con él, remontistas de épocas diferentes. También desfilaron los joaldunak de Zubieta, entre los que estaban amigos del remontista, y le dedicaron un bale artístico los de Oinkari Dantza Taldea. Presentado por la periodista Oihane Mateos, su amigo Tomás Rekondo lanzaba la chapa, que salió colorado.

El partido fue rápido y dominado por Zeberio y Ion, que no perdieron la delantera nunca, y solo hubo un empate a 30. El 35-40 hizo justicia a lo que se vio sobre la cancha.

Y después comenzó la tercera parte del homenaje, el más emocionante con dos videos donde aparecían diferentes personajes del remonte, pelota, vida social, amigos, familiares…

Los regalos llegaban uno tras otro con palabras de Ezkurra antes y después de los mismos. «Esto es la hostia» resume bien lo que sentía el protagonista. Todo eran palabras de agradecimiento y más cuando vio bailar a su hija Maialen Ezkurra y su sobrina Elena Zabala. Fue un momento que puso la piel de gallina a todos los presentes. Nada más terminar Koteto abrazaba a su hija, una imagen tierna y hermosa que resume lo que ha sido Koteto, amado, querido y que al margen de jugar como los elegidos por los dioses a la pelota será recordado como único por trasmitir unos valores humanos envidiables.

© Pelota Vasca - Manista. Diseño: iLUNE