En un fin de semana en el que, con medios y preparación, Kipchoge ha demostrado que la mayoría de las marcas son mentales, también ha quedado en evidencia que una de las claves de cualquier espectáculo deportivo está en transmitir emociones al espectador y, con mucha menos parafernalia, los ocho protagonistas de ayer en el frontón San Miguel de Basauri, con su espíritu de sacrificio, calidad, nervios y también limitaciones, mostraron ser auténticos campeones, con un festival de pelota adaptada de primerísimo nivel. Iker Teijido-Eneko Sagarmendi, en categoría de personas con discapacidad intelectual y José Centeno-Beñat Lizaso en la de personas con discapacidad física se hicieron con las txapelas del primer Gran Premio Basauri-Bilbondo, Ibai Magdaleno-JUrdan Arakistain y Gorka Álvarez-Asier Navaridas probaron ser otros grandes campeones en una velada que lo tuvo todo.
Y es que, con mucho público en las gradas, los dos partidos disputados en Basauri fueron de los de saciar a los paladares más exigentes, con la emoción y la tensión como hilos conductores, y el esfuerzo y la espectacularidad como grandes ingredientes.
Con constantes altibajos en el marcador, ambos partidos concluyeron con idéntico marcador 25-23 para los ganadores. En el primer torneo de estas características disputado en Bizkaia, hubo momentos en el que la presión, el gentío en las gradas y las siempre intimidades cámaras de televisión amedrentaron a los pelotaris, pero a poco que se asentaron sobre la cancha, mostraron todo su potencial en un escaparate de primer orden. Una vitrina que debe servir para acercar este deporte al gran público, pero también a que personas que puedan estar en una situación similar se acerquen a los frontones a practicar su deporte favorito sin ningún tipo de límites exclusiones.
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