El riojano sufre una dolencia en la parte posterior de la rótula El pelotari no se arrepiente de haber jugado: «Hice lo que debía», señaló
Titín podrá jugar el día 30 de noviembre en el Astelena de Eibar con motivo de la festividad de San Andrés. Podría hacerlo antes, pero por precaución, se ha estimado que es más conveniente que demore a ese martes su reaparición.
NAFARRATE./La Rioja
Foto: Diario de Navarra
Esta conclusión se adoptó ayer después de ser examinado en Pamplona. El pelotari de Tricio acudió a la clínica San Miguel de la capital navarra acompañado por el doctor Chema Urrutia, donde se le practicó una resonancia magnética. El estudio de la exploración estableció el siguiente parte médico: Titín padece una «condropatía de la tróclea femoral de la rótula», una dolencia que afecta a la parte posterior de la rótula y que requiere dos semanas de un cierto reposo, donde el deportista deberá eludir flexiones completas de la articulación, frenadas y brusquedades.
El doctor Urrutia fue muy claro en su valoración: «Titín sí debió jugar el viernes. Una condropatía no es un motivo extremo de suspensión, otra cosa muy distinta es que el dolor sobrevenga en el tanto 4, y otra, que lo haga en el 15. De hecho, Titín se había entrenado con normalidad con Goñi III, y no tuvo problemas», aseguró el médico.
En este sentido se pronunció ayer el pelotari: «Hice lo que debía. No me arrepiento de haber jugado». Y fue más allá: «Esto no va a impedir que yo siga trabajando con la misma ilusión en el futuro y que el año que viene vuelva a intentar el asalto al Campeonato del Cuatro y medio».
«Yo jugaré y aprovecharé mis cualidades como pelotari hasta que pueda», añadió el de Tricio. Más tranquilo con el resultado de la resonancia, el riojano ha podido serenar el temple después del varapalo sufrido en el Atano III, donde sus limitaciones físicas le abocaron a una mala actuación.
Víctima de su juego
Titín es víctima de su juego. Es un pelotari que se tira a por todo y este modo de jugar le está pasando factura. «Es producto de los múltiples microtraumatismos en tantos partidos», certificó el doctor. Aunque el pronóstico era un poco incierto, el galeno se felicitó por el hecho de que el caracolero no tuviera afectado los discos o los ligamentos, un tipo de lesión «más rebelde», en palabras de Urrutia.
Estar parado no va con Titín, de hecho, su mala leche la desencadena esta posibilidad. Incluso con el consejo médico de no forzar, él admitió ayer que no iba a dejar su preparación. «Hombre, no voy a forzar y también me han aconsejado que no haga la flexión completa de la rótula».
Líquidos
El riojano fue liberado de una pequeña carga de líquido sinovial en la rodilla, con lo que se descarga la presión en la zona y se favorece la recuperación. Asimismo se le inyectó una dosis de ácido hialurónico, un compuesto que sirve regenerar el cartílago, una operación que deberá repetir otras dos semanas.
El líquido sinovial es cómo el lubricante de los rodamientos y Titín, al tener la zona afectada, sintió que el dolor se agudizaba en el partido contra Barriola. En ese momento se le inyectó un anestésico local. Según Urrutia, a Titín, el resto del partido «ya no le pudo doler nada, pero su rigidez se debió al miedo, al temor, a las dudas. Abel se creció y el se vino abajo. No hay más». En esta lectura coincidió el hermano del pelotari, Agustín Ibáñez, quien apuntó que en el viaje de ida al Atano no hubo referencias a la lesión, más bien al contrario, «mi hermano estaba muy motivado», pero después de la entrada a los vestuarios «le entraron los miedos y ya no levantó cabeza».
Otra de las conclusiones que se barajan es que uno de los desencadenantes de la lesión es que tras el cúmulo de partidos durante el verano, Titín ha subido la carga con los entrenamientos de preparación del Cuatro y medio y deberá usar a partir de ahora una rodillera especial.