AYER coincidí con Rubén Beloki en el Kantxa y tuve el enorme honor de invitarle al que fue su último café como profesional. Estaba nervioso, pensando en que a escasos metros, en el Labrit, le esperaba un gran acontecimiento. Supongo que le estaría dando vueltas a todo lo que se le viene encima, el cambio de vida, el dejar los tacos… Rubén estaba preocupado porque todo fuera bien y así fue. Los que tuvimos la suerte de ver el partido desde la grada nos divertimos, pero también nos emocionamos. El público le aplaudió y coreó su nombre para convertir su último partido como profesional en una despedida digna de un gran campeón, porque ayer se fue un grande de la pelota. Me vienen a la cabeza multitud de recuerdos sobre Beloki, porque he tenido la inmensa fortuna de disfrutar de toda su carrera. Incluso de descubrirle. Recuerdo que hace años destinaron a un amigo mío de Durango a un instituto de Burlada. Y él me dijo que había un chaval que era una maravilla. Era Rubén. El tiempo le ha dado la razón.
Publicado en el Diario de Noticias de Navarra el 4 de diciembre de 2011.