Como sucede muchas veces en este tipo de partidos, la final senior del Memorial Goñi no respondió a la enorme expectación creada y a la magnífica entrada que registró el frontón Beloki. Y es que, Urbieta-Garmendia se calaron la txapelas con mucha más facilidad de la esperada (11-22), al aprovechar las múltiples facilidades ofrecidas por Lerena-Sarasa, que cometieron excesivos errores, 13 entre ambos al final del partido, sobre todo en el arranque del partido, momento que aprovechó la pareja guipuzcoana para abrir hueco en el marcador.
Un dato sirve para ilustrar lo sucedido en esa primera parte del duelo. Urbieta consiguió su primer tanto en juego en el 9-4 con una buena dejada al txoko. Todo lo demás fueron errores colorados, con un Sarasa especialmente despertado para lo que en él es habitual. Acompañado por un sólido Garmendia, fue entonces cuando vimos al mejor Urbieta, que rompió definitivamente el partido con una serie de buenos remates, para escaparse 6-20. Solo con el partido roto pudimos ver algunos detalles de Lerena, que no sirvieron para darle emoción al choque pero que, al menos, sirvieron para maquillar algo el resultado.
En el cuatro y medio promesas, el andoaindarra Julen Alberdi , por si no lo había hecho en las dos eliminatorias previas, terminó por meterse a los pelotazales en el bolsillo y se caló la txapela tras apabullar a Ruiz de Larramendi por 7-22. La desventaja física entre ambos finalistas invitaba a pensar que el de Gazteleku iba a tener muchas más dificultades para imponer su juego alegre ante la potencia del de Lazkano, pero se las ingenió para imponer su magia.
Con errores por ambos lados, Ruiz de Larramendi incluso hizo dos pasas en el 1-1, el partido comenzó igualado hasta el empate a tres, momento en el que Julen Alberdi comenzó a poner tierra de por medio con una auténtica exhibición que terminó por desesperar a su rival.
Ganchos, dejadas, saque-remates, Alberdi lo hizo todo bien, incluso cuatro tantos de saque para deleite del numeroso público que se dio cita en el Beloki. Especialmente aplaudido fue el gancho que, desde el tres y medio, cruzó a la contracancha en posición complicada para firmar el 5-15. Desbordado ante la avalancha de Alberdi, Ruiz de Larramendi no pudo exhibir el poder que le había llevado a deshacerse con facilidad de sus rivales en las dos eliminatorias disputadas.