Mikel Urrutikoetxea ha dado este domingo la campanada en el Bizkaia Arena en una final memorable del Campeonato Manomanista en la que se ha impuesto por 19-22 a uno de los grandes dominadores de la especialidad en lo que va de siglo, Aimar Olaizola, y ha devuelto la ‘txapela’ más importante de la pelota a Vizcaya 38 años después de que se la calzase Iñaki Gorostiza.
Ha sido un partido tan increíble como exigente. Casi hora y media -una eternidad en un mano a mano- de duros pelotazos en la que ambos rivales han visto ganada y perdida la final hasta que un giro del destino ha dado el triunfo al de Zaratamo.
Al final ha ganado el pelotari sin experiencia en finales y que hoy ha peleado en el Bizkaia Arena bilbaíno por el título como sustituto del lesionado Oinatz Bengoetxea.
Durante buena parte del partido parecía indiscutible la victoria de Urrutikoetxea (26 años), que comenzó mejor (3-0, 5-2) y se sobrepuso al primer puñetazo sobre la mesa del ganador de cuatro txapelas del Manomanista (5-7).
Aunque, cuando todo indicaba que tenía el encuentro ganado, con 18-9 en el marcador y el rival completamente dominado, Aimar (35 años) ha sacado su casta de campeón y ha igualado a 19 en busca de su quinta ‘txapela’ y de una remontada para la historia.
Pero un dos paredes casi desesperado de Urruti resultó milagroso para el vizcaíno y Olaizola ya no pudo levantar ni esa pelota ni los dos últimos saques del de azul, los dos últimos tantos del partido y, curiosamente, los dos únicos tantos de saque del choque.
Un novato Urrutikoetxea que llegó de rebote y como invitado a la cita y que dio una de las campanadas de las que se hablará durante mucho, mucho tiempo en los mentideros pelotazales.
Vía EFE