Xala creyó más en sí mismo y se metió en la gran final tras un duro partido
El de Lekuine fue más sobrio en un partido plagado de errores en el que a Aimar se le acabó la chispa pronto
La fe y la consistencia dieron ayer a Xala el pase a la final Manomanista tras imponerse a Olaizola II en un duro y trabado partido. La liguilla de semifinales ha vuelto a dictar sentencia a favor de los más fuertes y la final la jugarán dos hombres que no contaban en ningún pronóstico pero que han demostrado ser los más duros. No será quizá la final con más gancho pero es la que este sistema de competición ha propiciado.
A pesar de no cuajar un encuentro redondo, Xala logró el pase a la final con todo merecimiento, tras ser superior a un Aimar al que para el tanto 12 se le acabó la chispa y que desde el comienzo mostró menos fe en sus posibilidades. Porque en un encuentro en el que nadie desarboló al rival, el factor anímico fue tan importante como el físico y ahí, cuando Xala vio que el camino a la final pasaba por su golpe de izquierda, confió con alguna dejada demasiado precipitada en esa posibilidad y, saber a lo que jugaba le dio el triunfo.
Aimar, por su parte, comenzó bastante bien, pero la dureza de los tantos le pasó factura en esa derecha que no está ni mucho menos al nivel del año pasado y, a medida de que se le gastó la chispa, se le agotaron las ideas y bajó la cabeza al ver que no podía superar la defensa de volea del de Lekuine.