El francés se impuso a un Olaizola II que demostró estar desmotivado y muy bajo de juego
Martínez de Irujo espera al francés en otra final Aspe.
No se cumplió el pronóstico, pues ganó Xala, pero sí los presagios. Los aficionados confiaban en las grandes condiciones que tiene como pelotari Olaizola II, capaz de superar un estado de juego inferior al nivel que posee. Pero no se tenía constancia de que el de Goizueta estuviera totalmente recuperado. Los pesimistas, entre ellos el propio Retegui II, director deportivo de Asegarce y ayer botillero de Aimar, confesaba que lo encontraba muy bajo y que iba a tener un partido muy complicado ante el de Iparralde. Se basaba en que el navarro estaba sin chispa y que transmitía la sensación de estar muy bajo.
Y así fue, aunque conforme a su gran clase tuvo destellos de calidad, pero fueron fugaces, sin continuidad. Tuvo que defenderse en muchas ocasiones de volea, debido a que los pelotazos de Xala le atropellaban. Con la jugada inicial sólo consiguió un tanto, que, por cierto, era restable. Hizo cuatro pasas, lo que no es buena señal, pues en el segundo intento se ve obligado a ser más comedido y, por si fuera poco, hizo una falta de saque cuando el marcador estaba 7-10.