Aitor Elkoro, el zaguero de Juan el día de su estreno, recuerda que «no se arrugó ni el día que debutó»
Juan Luis Ibarretxe / Deia
Aitor Elkoro no se podía imaginar el pasado 6 de junio que el chaval con el que iba a debutar esa noche en el Labrit de Iruñea y al que iba a apadrinar en el mundo de la mano, iba a encontrarse apenas un año después en la antesala de la final más importante del calendario, la del Manomanista. El muchacho del que estamos hablando, claro está, es Martínez de Irujo, quien, con el de Elgeta, ganó aquel día a González y Eulate por 21-22. Aitor recuerda para DEIA sus primeros instantes con el joven de Ibero y cómo vivió ese primer encuentro de la revelación del año 2004. «Ya había entrenado un par de veces con él en Eibar y le veía demasiado valiente, hacía muchos regalos. Le decíamos que así no se podía jugar, pero nos ha dejado en mal lugar a todos. Nadie pensaba que iba a dar el nivel que está dando ni que lograse unos números parecidos a los de Titín, con cerca del setenta por ciento de triunfos y encima jugando estelares», apunta. En lo que concierne al primer choque de Juan con la camiseta de Aspe, Elkoro destaca que «no se arrugó ni el día de su debut, yo no le vi nervioso, estaba bastante tranquilo y con el empate a 21 se puso a entrar de sotamano al saque, jugó con la misma valentía de siempre».
Tras la brillante andadura del navarro en su primera temporada con los mejores, su compañero de empresa no duda en asegurar que «lo que ha hecho Irujo sorprende, yo no conozco a nadie que haya logrado en el año de su debut jugar la final del Parejas y del Manomanista. Le considero favorito para alcanzar la txapela y el dinero también saldrá de su lado después de la exhibición que realizó ante Aimar».
«Que esté tranquilo»
Elkoro ya sabe lo que es soportar la presión previa a una final del Manomanista, puesto que él quedó subcampeón en los años 1997 y 1999, cuando se disputaron dos competiciones. El de Elgeta recomienda a Juan que durante estas fechas «esté calmado. La espera se le estará haciendo muy larga desde el partido ante Aimar y le diría que no leyese la prensa ni viese la televisión, y que llegue al partido tranquilo, aunque sé que es muy complicado». Asimismo, añade que el ambiente que se vivirá Juan al saltar a la cancha «puede afectarle. En el Parejas ya se le vio nervioso y no jugó todo lo que sabe».